ST. VINCENT

Foto: Tina Tyrell

“STRANGE DAYS”: CATÁLOGO HUMANO EN MANO DE LAS MÁQUINAS

Hay discos necesarios. Hoy en día, cuando Björk ha optado por la introspección, Portishead por la tralla, Goldfrapp por la reiteración y Massive Attack no se sabe muy bien por qué; álbumes como “Strange Mercy” (4AD / Everlasting) son más que necesarios, vitales. Trabajos como este que exploren la sensibilidad de los circuitos integrados que generan la música, como si por ellos circulara sangre en lugar de impulsos eléctricos. Que busquen poner la tecnología digital en conjunción con el instrumento analógico más perfecto: la voz humana, la voz de Anne Clark en este caso. Esta sensibilidad no tiene porqué ser sinónimo de noñería y flacidez. De la mano de John  Congleton, St Vincent se ha movido, en mayor medida que en sus anteriores trabajos, con soltura dentro de la complejidad humana. Anne Clark lo explica como producto de su proceso creativo. “Durante la grabación, escuché cosas que me gustaron, pero me di cuenta de que estaban nubladas por el entusiasmo o la cafeína. Y las cosas que luchaba por que salieran, terminaron siendo muy convincentes. Es una especie de montaña rusa emocional, de la euforia al retraimiento”. Una buena definición de “Strange Mercy”. Así ‘Cruel’ muestra una especie de pegadiza alegría melancólica, ‘Cheerleader’ expone lo ruidosa y confusa que puede ser la tristeza y ‘Chloe In The Afternoon’ incide en la naturaleza sincopada de la especie humana. Por el otro lado ‘Northern Lights’ y, sobre todo ‘Hysterical Strength’ son ejemplos de la parte más lúdica, aquella que expresa el interior por medio del cuerpo, a través del movimiento. La ciencia ficción nos ha explicado que cuando las máquinas tomen conciencia, se revelarán contra el género humano, del que conocerán bien sus fortalezas y debilidades. Este disco bien puede ser una primera muestra de ello.

Podéis ver el primer videoclip del disco, perteneciente a la canción “Cruel”, en nuestro Top 5 Vídeo, en este mismo blog.