Hasta el 23 de mayo se puede visitar la exposición “Nudo Nido” en la Sala de Arte Joven de Madrid. La muestra parte de la ubicación simbólica y literal del espacio expositivo en la Avenida de América como lugar de intersección y encuentro (nudo) y como hogar efímero (nido), fermento y catalizador de multiculturalidad y de creación comunidades de intercambio e interacción.
En estos tiempos de pandemia y aislamiento, Nudo nido en la Sala de Arte Joven, se presenta como un proyecto participativo, casi de terapia colectiva con algo de catarsis. La muestra cuenta con una serie de artistas y colectivos que proponen experiencias comunitarias situadas para generar sinergias. Una dinámica de producción fluida a la que contribuirán una serie de artistas y colectivos que componen el proyecto expositivo. La institución, asimismo, apuesta por nuevos modelos curatoriales y facilita el acceso al mundo profesional de jóvenes comisarios. Nudo Nido es una propuesta comisariada por las jóvenes Isabella Lenzi y Claudia Rodríguez Ponga, y se trata de uno de los proyectos seleccionados en la última convocatoria de Se busca comisario.
Foto de portada: “Espacio nido” en la planta superior, donde La Azotea realizará sesiones. Vista de la instalación
La Avenida de América es un nudo del que tradicionalmente salen y llegan líneas de transporte desde todo el territorio. En este sentido es un punto de llegada y de fuga, un intercambiador de trayectorias. El pasado año, ese nudo agitado de historias anónimas y transitorias, permaneció mudo, haciendo que muchas de sus tramas se deshicieran. La imagen de ese intercambiador como nudo desarticulado, como espacio vacío y paralizado, es análoga al vacío y el vértigo al que nos enfrentamos en nuestra convivencia con el virus y es el motor de arranque que las comisarias han usado para la exhibición.
Ambas imágenes, Estefanía de Santiago. Tomar la forma de un pájaro es una forma de querencia. Instalación de disfraces de cotorra realizados en papel y tela y registro en video de acción, 2021
Antidisciplinar
Las comisarías tildan la muestra no ya de transdisciplinar sino antidisciplinar al incluir talleres como Mensajes en botella, encuentros con La Azotea: clínica, psicoanálisis y comunidad o el de Ana Duarte que organiza un círculo de costura cuya mesa de trabajo, y otros elementos expositivos de la muestra, están diseñados por Todo por la Praxis. Además de el cine club de Miriam Martín y el club de lectura organizado por el editor Santiago Hernández.
Ana Duarte. Círculo de costura. Instalación y taller, 2021
El cuerpo
Tampoco faltan propuestas vinculadas al cuerpo desde una mirada no normativa, como la del grupo teatral Colectivo Fango; la de la investigadora Júlia Ayerbe y las artistas Dandara Catete y Estefanía Santiago, cuyas instalaciones habitarán el espacio como cuerpos en sí mismos.
Dandara Catete. Sin título, de la serie Amorfo. Instalación con colchones e hilo, 2020-2021
Además, Fabiana Vinagre intervendrá reforzando la importancia de expandir la audición y liberarla de prejuicios estéticos y Ángela Cuadra con una pieza que convierte un parámetro de seguridad y distancia de 1,5 metros en un espacio lúdico.
Las tres imágenes superiores: Ángela Cuadra. Partida de canicas. Instalación y acción, 2020-2021
Talleres
El nido es el inicio de una familia, y la familia el primer nodo/nudo de organización social, por eso la muestra incluye talleres enfocados a la familia como Érase una vez un nido…., coordinado por La Parcería o Reconocernos, re simbolizar y dar lugar con Grigri Projects y Sercade, un colectivo que trabaja con inmigrantes en Madrid.
Detalle del espacio del nido, vista de la instalación en la planta superior, donde La Azotea realizará sesiones
Dandara Catete. ICQ. Pantalla de látex, 2020-2021
Dandara Catete. Izq: ICQ. Der: Sin título, de la serie Amorfo
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Todas las fotos Ana J. Revuelta