Durante cuatro días, del 15 al 18 de abril, los estudiantes de máster MEATS de Elisava, intervienen con sus “Beautiful failures” el Pabellón Mies van der Rohe. Hermosos fallos utilizando los materiales frágiles del pabellón que Mies utilizó hace casi 100 años: vidrio y travertino.
La intervención Beautiful Failures en el pabellón Mies van der Rohe, transforma el pabellón. Los estudiantes del Máster en Arquitectura Efímera y Espacios Temporales (MEATS) de Elisava dirigidos por Stella Rahola Matutes y Roger Páez reflejan con su intervención sus investigaciones sobre fragilidad y vulnerabilidad utilizando los dos materiales más delicados de la construcción del pabellón: el vidrio y el travertino.
La propuesta —”efímera” como el nombre del máster—presenta diecisiete losas de travertino elevadas que muestran diecisiete fosas alrededor de las cuales se disponen piezas defectuosas de vidrio, procedentes de talleres artesanales de la ciudad de Barcelona. El nuevo paisaje resultante del levantamiento parcial del pavimento y su relación con los vidrios desechados encuentra analogías con una excavación arqueológica estratigráfica.
Nacimiento, muerte y renacimiento
Según los profesores, Rahola Matutes y Páez, el planteamiento se basa en una acción ceremonial que cabalga entre el descubrimiento y la ceremonia funeraria, entre lo mortuorio y lo que se nos revela. Entendida simultáneamente como un rito de descubrimiento y de entierro, esta intervención temporal en el pabellón establece un ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento en el que todos los elementos juegan un papel importante. Desde la propia historia del pabellón, entendida no sólo como una réplica sino como una entidad viva, implícita en las acciones con el travertino, hasta la vida acumulada en cada una de las piezas de vidrio.
Mies y el pabellón
Cuando uno pasa por delante del pabellón, parece difícil creer que el arquitecto alemán Mies van der Rohe, lo realizó en 1929. Una propuesta minimalista atemporal y y revolucionaria para su tiempo que pocas superan en elegancia, simetría y proporciones.
De extendida carrera que abarca desde la famosa escuela Bauhaus hasta el primer rascacielos de cristal y acero en Chicago, Van der Rohe entendió que para este encargo de su gobierno para la construcción del pabellón alemán en la Exposición Universal de Barcelona en 1929, en pleno desarrollo industrial, debía mostrar sencillez y fidelidad a los materiales: travertino, mármol negro y vidrio. Y así dar a conocer al mundo lo avanzado de las ideas arquitectónicas de la escuela de la que fue primero profesor y después director, la Bauhaus y de su país, Alemania, a la vanguardia del diseño y arquitectura moderna. Si a nosotros nos parece ultramoderno ahora, imagínense la cara del público en 1929, sobre todo mirando a los edificios coetáneos y vecinos, como el que aloja el Museo Nacional de Arte de Catalunya, MNAC.
Activación del Pabellón Mies en el tejido cultural
El pabellón, desde hace un par de años, se ha activado ofreciendo muchos eventos artísticos participativos, intervenciones y exposiciones que tocan de modo tangencial la arquitectura, el diseño y las artes visuales. La Fundación Mies Van der Rohe Barcelona, responsable del pabellón, ha conseguido integrarse en el tejido cultural de la ciudad y del barrio de un modo más activo y más allá de las mera visita de turistas y nostálgicos de la arquitectura moderna. Barrio que consta de varios museos y teatros: MNAC, CaixaForum (cruzando la calle) o el Mercat de las Flors, consiguiendo situarlo así en la ruta cultural contemporánea. Sin ir más lejos, la pasadas semanas pudimos ver la intervención del pabellón con unas cortinas azules pertenecientes a la expo de Felix Gonzalez-Torres en el MACBA.
El pabellón y las universidades
Además, la intervención forma parte del programa de colaboraciones académicas que activan el Pabellón como plataforma pública para disolver las fronteras entre la investigación arquitectónica y las artes, acercando y generando sinergias entre el mundo académico, la producción artística y la cultura arquitectónica.
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