En “Traducir un bosque” Santiago Morilla presenta un sistema experimental de comunicación e interacción simbólica entre humanos y plantas, una red que nos invita a considerar que no somos únicamente espectadores, sino cocreadores de la realidad que compartimos con el ecosistema vegetal. Esta iniciativa de traducción nos invita a imaginar una manera más directa e intuitiva de considerar lo que nos están diciendo las plantas que nos rodean.
Santiago Morilla nos presenta su proyecto: Los estudios y experimentos sobre la comunicación entre las plantas nos indican que todos los seres vivos nos relacionamos dentro de un complejo tejido de interdependencias, que nos afectan de manera simbiótica, más allá de lo que los humanos podemos percibir fácilmente. Desde este planteamiento, con el proyecto Traducir un bosque pretendo, con ayuda de la mediación tecnológica, hacer perceptible aquello que no vemos ni oímos, que ni siquiera sabemos o creemos saber sobre las plantas. Así, desde el ámbito de la creación artística contemporánea, como nodo reverberante de distintos saberes y labores multidisciplinares, he compuesto un sistema experimental de comunicación e interacción simbólica entre humanos y plantas; una red que nos invita a considerar que no somos únicamente espectadores, sino cocreadores de la realidad que compartimos con el ecosistema vegetal. Esta iniciativa de traducción nos invita a imaginar una manera más directa e intuitiva de considerar lo que nos están diciendo las plantas que nos rodean. Una cuestión que es, hoy más que nunca, crucial para establecer una convivencia planetaria equilibrada entre los múltiples ensamblajes, solapamientos, mutaciones, coexistencias e interconexiones entre la humanidad, la tecnología y los ecosistemas naturales. Y sin duda urgente, pues –entre otras muchas iniciativas– implica el necesario establecimiento de sinergias entre el arte, la tecnociencia y la política, y apuesta por el abandono definitivo de un modo antropocéntrico de ver y entender el mundo. Nos va la vida en ello.
Prototipo traductor de bosques #1, 2021
Vista de la interfaz de la APP de realidad aumentada Traducir un bosque, 2021
El visitante de esta exposición en el Palacio de los Condes de Gabia se encontrará, por un lado, un extenso conjunto de obras (treinta y cinco dibujos en diferentes formatos, cinco vídeos y una instalación robótica) desarrolladas durante los últimos años en torno al concepto de contaminación del paisaje como frontera moral de la humanidad, y a la producción artística como activismo ecosocial. Por otro lado, también podrá interactuar con dos singulares invernaderos que monitorizan tanto los estímulos ambientales externos como las reacciones internas de las plantas. Gracias a la tecnología de realidad aumentada, los datos recogidos por varios sensores se visualizan en tiempo real, y se integran, a su vez, en un paisaje sonoro generativo que complementa la experiencia audiovisual e interactiva de traducción planta-humano. De esta forma, la alianza establecida entre arte y tecnociencia va más allá de los enfoques cortoplacistas y tecnofílicos, y apunta hacia la capacidad de cambiar nuestra comprensión del entorno más directo. Y con ello, apunta al afloramiento de una nueva subjetividad, consciente de las muchas paradojas que nos presentan las nuevas materialidades tecnoecológicas de nuestro tiempo.
Además, también se presenta por primera vez un prototipo de planta robotizada que evita la presencia de los humanos, moviéndose siempre en dirección contraria cuando detecta que alguien se le acerca lo suficiente. Sus derivas e interacciones provocadas por el público quedan registradas en un mapa diario, en el que podemos observar cómo los trazos efectuados por el plantoide a lo largo de la sala se dibujan siempre lejos de su puesto base, allí donde el vegetal puede hacer cómodamente la fotosíntesis, sin humanos que lo molesten.
El objetivo de todos los procesos de traducción inscritos en este proyecto (procesos de un lenguaje que no vemos, oímos ni comprendemos) es, en última instancia, poder establecer una conexión con una inteligencia desconocida, para poder llegar a amar aquello que termina adquiriendo cierto significado para nosotros. Se ofrece, por tanto, como una búsqueda activa hacia una nueva imaginación, que se articula a través del potencial emancipador del estímulo estético.
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El proyecto Traducir un bosque es una idea original de Santiago Morilla , que dirige su desarrollo conceptual, su producción material y virtual, visual y sonora, con la ayuda de un nutrido equipo multidisciplinar de profesionales y colaboradores:
CRÉDITOS
Realidad aumentada: Antonio Puentes (Aran Art Network)
Gestión técnica, programación y electrónica de los sensores: Carles Gutiérrez
Música: Lucas Bolaño (Aran Art Network)
Interactividad musical y robótica: Joaquín Díaz Durán
Asesoramiento científico: Matilde Barón (EEZ-CSIC) y Enrique Pérez (IAA-CSIC)
Diseño gráfico: Nacho Limpo y Retrovisor.com
“Traducir un Bosque” de Santiago Morilla
Hasta 20/6/21
Palacio de los Condes de Gabia (Granada) hasta 20/6/21