Arturo Paniagua es uno de los periodistas musicales más visibles y consolidados de la escena musical española. Nos cuenta su visión del periodismo musical en el siglo XXI.
Arturo J. Paniagua conocido como Arturo Paniagua (@ajpaniagua) es un periodista musical de 38 años, nacido en la República Dominicana en el año 1982, es uno de los rostros más visibles y reconocibles de la escena musical española. Arturo Paniagua lleva 20 años haciendo periodismo musical, de forma profesional desde hace 12 años. Lleva 93 programas presentando Sesiones Movistar+, un programa semanal de música en directo y entrevistas. Además, Arturo ha presentado programas en Radio3, LOS40, también trabaja a nivel editorial como asesor para plataformas de streaming. En las últimas tres ediciones, ha sido la voz oficial de la retransmisión de Grammys y Grammy Latinos para España (también en Movistar+), y en estos últimos meses también ha presentado la más reciente edición de Mad Cool Talent by Vibra Mahou. Por aquí puedes escuchar el podcast de Arturo Paniagua llamado Playlist, donde habla de la música más nueva y fresca.
Arturo Paniagua en su programa para Movistar
Arturo Paniagua nos habla de periodismo musical en esta entrevista.
¿Cómo empezaste en la música?
Siempre digo que no elegí a la música, la música me eligió a mí. Mi curiosidad nació estando pegado a la radio o a esa época en la que conocíamos a los artistas viendo videoclips en la tele. Con el auge de Internet y la llegada de las plataformas de streaming esa curiosidad se disparó, y en estos últimos 20 años siempre he estado vinculado a la música, primero en emisoras de radio pequeñitas, luego con los blogs, y finalmente ya en emisoras como Radio 3 o LOS40; y en televisión, primero en La 2 y en estos últimos cinco años en Movistar+, donde presento uno de los pocos programas dedicado a la música en directo, Sesiones Movistar+.
¿Qué te llevó o qué inquietud surgió dentro de ti para querer ser presentador y locutor de programas más centrados en la música?
Esa curiosidad es lo que me mantiene pegado a la música, a querer descubrir más sobre una canción o un disco, por qué suena de una forma determinada, por querer saber más sobre la letra de una canción. Mis mejores momentos en esta carrera es cuando tengo la oportunidad de estar frente a un artista e intento descubrir los impulsos humanos que hay detrás de una canción. Hacer tres minutos y medio (o 5, o 7) de melodía y letra parece algo sencillo y absolutamente espontáneo, pero no lo es, tanto en el contexto personal como en el profesional.
El podcast de Arturo Paniagua
¿Alguna vez has sentido rechazo a nivel laboral por ser sudamericano?
Más allá de los estereotipos y los tópicos habituales (gente que te habla imitando el acento latino, el odioso “ya tú sabe, mi amol”; o comparaciones físicas con futbolistas), he tenido la suerte de sentirme siempre integrado. También es cierto que he trabajado mucho para tener esa sensación de integración y arraigo, pero puedo decir que las circunstancias me han acompañado en el aspecto racial. Yo soy dominicano, pero me siento también muy español. Y poder decir eso en el contexto político y social que vivimos es una suerte. Creo que hay que seguir luchando porque otros chavales como fui yo hace tiempo, también se sientan integrados, y no sean armas arrojadizas entre tanta crispación política.
Arturo Paniagua: “Yo soy dominicano, pero me siento también muy español.”
Arturo Paniagua es una de las figuras más reconocidas del periodismo musical actual en España, ¿cómo te sientes con esto?
El periodismo musical no es ni de lejos lo que fue hace muchos años, y mira que actualmente tenemos muchas más herramientas para difundir lo que hacemos, y creo que tenemos una perspectiva mucho más amplia por cómo ha cambiado el consumo de la música. También tenemos una relación más directa con quien nos quiera escuchar; pero, no sé si a día de hoy se nos presta tanta atención como antes. Me gustaría pensar que somos muy necesarios en un momento en el que se lanzan 1,8 millones de discos en un solo año; pero la prescripción reluce cada vez menos entre tanto ruido, stories, tuits, y en una época en la que ser crítico es cada vez menos rentable. Aún así, tener la oportunidad de dedicarme a lo que me apasiona y tener la valoración y el reconocimiento de compañeros, de la industria y del público al que le gusta la música, es un enorme privilegio.
Arturo Paniagua entre claquetas
¿Te gusta o te sientes cómodo al estar tan expuesto a nivel público?
Yo, en realidad, no estoy tan expuesto. Me paso el día hablando de música en Twitter, Instagram o Clubhouse. Y hablo pocas veces de mi vida personal, aunque tampoco la escondo. Siempre pongo la cara y la voz por y para la música, y en absoluto me molesta que alguien me pare en un festival, me envíe un mensaje o me escriba porque sé que siempre es para charlar sobre música. Para mí es incluso un orgullo que la gente me perciba como un colega con el que charlar de música.
Arturo Paniagua: “yo prefiero gastar mis energías en hablar de las cosas que me gustan”
¿Cómo gestionas las redes sociales? La crítica a la crítica.
Como te decía antes, la crítica es cada vez menos rentable (y ya no hablo en términos económicos, lo digo a nivel anímico y emocional). Actualmente vivimos en un momento en el que muchos fans viven en una apasionada burbuja en la que estás con ellos o contra ellos, no existen matices intermedios. Pasa mucho con todo el fenómeno Operación Triunfo, o cada vez que te pronuncias en contra de determinados detalles del reggaetón o el trap, por poner otro ejemplo específico. Llegados a cierto punto, yo prefiero gastar mis energías en hablar de las cosas que me gustan. A veces las respuestas incendiarias a un tuit sobre el comportamiento de un artista, o a las letras machistas de otro, desgastan bastante.
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Se habla poco del lado oscuro del periodismo musical, la precariedad, la incertidumbre, el acoso, los haters, ¿por qué crees que no se habla de las dos caras?
Vivimos en un mundo en el que parece que todos somos felices. Y la profesión actualmente vive en la precariedad absoluta. Yo tengo la suerte de poder contar con la confianza de empresas que creen en mí y en mi forma de valorar y comunicar la música, pero este ha sido un camino largo de 20 años en el que he trabajado gratis, he estado mal pagado, y en el que a día de hoy muchas veces aún tengo momentos de sentirme infravalorado. Y muchas veces te ves arrastrado por la inercia de contar solo lo bueno, y joder, a veces estaría bien contar libremente que estás triste, que te sienta mal un tuit que dice que haces mal tu trabajo, que te da rabia que un artista no se haya portado bien contigo o te haya ignorado. Hay que decirlo más, sin duda alguna.
Arturo Paniagua: “la profesión actualmente vive en la precariedad absoluta”
Eres un periodista musical que creció sin redes sociales, pero a día de hoy son una manera imprescindible de comunicar tu visión y criterio musical, ¿crees que son positivas o negativas a la hora de trabajar y poder comunicar tu trabajo y opinión como prescriptor de música?
Ojalá las redes sociales y plataformas como Twitch, YouTube o Instagram favoreciesen mucho mejor la divulgación de música. Ahora mismo los problemas de copyright hacen muy complicado que hayan grandes “influencers” de música, porque a la mínima que pones de fondo una canción para contar algo, tienes la cuenta suspendida, cerrada o tienes una amenaza de cierre. Si los acuerdos con los autores y con las discográficas fuesen otros, no solo se consumiría música, sino que además se crearían muchos más contenidos sobre música y sobre canciones. Más allá de eso, tener una herramienta inmediata que te ayuda a conectar con la gente, a recomendarles canciones o descubrirles nuevos artistas es algo fantástico. Y además diversifica mucho el mensaje: Ya no es desde el púlpito de una radio desde donde se lanza la música; a día de hoy la prescripción se hace de tú a tú con tus seguidores. No eres un “predicador”, eres un amigo, un igual, que les recomienda música desde la intuición y el criterio periodístico. Ojo con estas dos últimas cosas porque creo que son muy necesarias sobre todo para entender la música como una parte fundamental de la cultura, y no solo como un entretenimiento banal.
Justamente estamos en una época muy delicada en un clima muy complicado: cultura de la cancelación, campañas de acoso en redes sociales, ¿has llegado a sentir miedo por expresar tu opinión en redes sociales o por, simplemente, hacer tu trabajo?
A medida que crece el número de seguidores o tienes mayor exposición, siempre tienes miedo de las reacciones que puedes provocar al escribir o preguntar algo; pero intento siempre trabajar desde un empeño periodístico y lo más objetivo posible dentro de la subjetividad que conlleva la crítica musical. Hace tiempo entendí que, muchas veces, no solo tengo que contar por qué no me gusta algo, tengo que trabajar para descubrir por qué sí le gusta a mucha otra gente. Y siempre desde el respeto e incluso el cariño al creador. Si aún así te llevas una semana de tuits chungos, solo queda esperar a que la tormenta amaine. También he aprendido que las redes magnifican todo y que, si en el fondo has hecho tu trabajo de la mejor forma posible, hay que darle menos importancia al grito hater porque al final es ruido, un obstáculo en el camino.
Arturo Paniagua: “Cada semana debo recibir correos de al menos 300 bandas, artistas, músicos o promotores para enviarme su música. Intento en la medida de lo posible escucharlo, y si en algún momento tengo algo de tiempo, intento responderles”
¿Alguna vez se ha quejado una banda o te han hecho alguna campaña porque no le hayas entrevistado o publicado?
Cada semana debo recibir correos de al menos 300 bandas, artistas, músicos o promotores para enviarme su música. Intento en la medida de lo posible escucharlo, y si en algún momento tengo algo de tiempo, intento responderles. Muchas veces no logro llegar a esto último y tengo una insistencia multicanal (email, Instagram, Twitter) que por momentos agobia bastante; pero sí entiendo que una pequeña ayuda de mi parte puede suponer mucho para alguien que empieza. Aún así tengo muy clara mi propia línea editorial y la de mis programas, y eso está por encima de todo. Es innegociable por más quejas que existan. Y si algún compañero recibe quejas o acoso por no tener interés en algo, hay una banda, promotor o mánager que no está haciendo bien su trabajo. Siempre digo que en la música es importantísimo el talento, pero la humanidad, la empatía y la educación son básicos para que la rueda funcione.
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¿Qué consejo le daría Arturo Paniagua a las nuevas bandas para que entendiesen un poco mejor la labor de la prensa?
Solemos trabajar con un criterio, a veces objetivo y otras no tanto, que nos indica qué nos gusta o qué puede tener mayor o menor atención del público. Cada viernes recibimos centenares de impulsos en forma de nuevas canciones y discos publicados, y si para una banda es complicado nadar en semejante océano de propuestas, lo es más para un periodista que tiene que hacer una especie de mapa entre tanta oferta musical. Lamentablemente no solo basta con publicar una buena canción y enviársela al periodista por email con un texto genérico. A veces el trabajo consiste en seguir a esa persona a la que le estás escribiendo, conocerle, saber qué tipo de música le gusta, qué tipo de canciones suele poner en su programa, y escribir algo personalizado y que demuestre que tienes un verdadero interés en que esa persona conozca lo que haces. Vuelvo a lo de antes: La importancia de los valores humanos y la cercanía.
Arturo Paniagua: “Si alguien monta un proyecto musical para “petarlo” como único propósito, que mejor se dedique a otra cosa.”
No todas las bandas nuevas son así, algunas se dejan aconsejar y rodear por equipos, pero, ¿por qué crees que las nuevas generaciones se dejan llevar tanto por el like y por su número de seguidores?
Hay una dinámica muy dañina del número, donde parece que eres más talentoso, tienes más criterio o eres mejor a medida que tu número de seguidores aumenta (y esto también lo sufrimos los periodistas y presentadores). Y no es así. He descubierto bandas y artistas increíbles con menos de 300 oyentes mensuales en streaming, y si han terminado creciendo y siendo más conocidos ha sido por la constancia y por el trabajo, no por tener más o menos likes o por tener una mejor campaña de redes (que, ojo, todo suma y esos son elementos importantes, pero no debería ser el todo). Pero sí creo que hay que fijarse más en el camino y no en la meta. Si alguien monta un proyecto musical para “petarlo” como único propósito, que mejor se dedique a otra cosa.
La mayoría de la gente cree que es muy sencillo ser prescriptor musical, sin embargo, conlleva un trabajo bastante arduo detrás, ¿por qué crees que se simplifica tanto de cara a la galería?
Parece que solo escuchamos música y vamos de conciertos. Y se ha romantizado la idea de que mientras más espontánea y menos preparada sea tu entrevista o tu reacción ante algo, es mucho mejor. Eso es peligroso en la percepción que puede tener el público de la música. Detrás de tanta escucha hay muchísimo trabajo de documentación, de curiosidad, de preguntas… Yo no concibo sentarme delante de un artista a preguntarle algo sin haberme escuchado toda su música y valorar su evolución en el tiempo. Me parecería vergonzoso charlar con alguien sin leerme entrevistas previas para conocerle mejor como artista. Y no solo por profesionalidad, sino porque así es como mejor surgen las charlas, cuando el artista percibe que tiene delante a alguien interesado por lo que hace. Y esta máxima te vale con la banda emergente más pequeña o con Robbie Williams. Con Robbie recuerdo empezar una entrevista con una frialdad tremenda, y acabarla entre risas y gratitud mutua. Todo gracias a una pregunta que, joder, tenía que haber puesto la primera en el cuestionario: “¿Quieres que te diga cuál es mi canción favorita del disco y por qué?”. Cuando me dijo que sí y le respondí, demostrándole todo mi interés y mi tiempo, sus ojos brillaron como cuando le regaló a mi hija un juguete.
Arturo Paniagua: “se ha romantizado la idea de que mientras más espontánea y menos preparada sea tu entrevista o tu reacción ante algo, es mucho mejor”
Es un fenómeno muy interesante, la gente se queja por si das altavoz a unos, otros, pero ningún medio tiene obligación de publicar a unas bandas u otras, ¿por qué crees que existe este prejuicio?
Todo medio, e incluso todo periodista sabe perfectamente lo que mejor encaja en su espacio. También tenemos que tener en cuenta que delante tenemos a promotores, encargados de promoción y managers que tienen que hacer su trabajo, que básicamente es convencerte de que hay un artista o una banda que encaja en ese espacio. Y justo cuando se cree que hay una obligación por parte del medio o el prescriptor a promocionar o valorar algo, es cuando se cae en un discurso tóxico que no es bueno para ninguna de las dos partes. Ojalá hubiese más ventanas y más espacios para el mayor número posible de artistas, eso ayudaría aún más a mostrar la diversidad de nuestra música y sería muy saludable, sobre todo en un momento tan precario para toda la industria musical. Pero la falta de medios, revistas, emisoras de radio especializadas y plataformas de promoción artística hace que todo el ciclo sea más complicado tanto para la banda/artista mostrar lo que hace, como para el periodista lograr identificar lo que realmente merece la pena destacar.
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Además, también se infravalora la prensa, pero todo el mundo busca el link de prensa, el artículo, la mención en radio. ¿Por qué crees que ocurre esta dicotomía?
El artículo, la pinchada en la radio, el pantallazo en televisión siguen siendo sinónimo de prestigio, de que una de las pocas plataformas que existen se han fijado en ti por algo; y además suponen una visibilidad y, sobre todo, una atención que muchas veces se da por hecha cuando se hace un consumo en una plataforma de streaming, cuando no es así. Creo que ahí sigue valiendo mucho nuestra profesión: La gente se fía mucho más y consume algo cuando entiende que alguien con criterio ha decidido darle espacio a una determinada banda o artista. Creo que siempre que se infravalora a la prensa es cuando, o no tienes su atención o cuando consideras que has hechos los méritos para tenerla, sigues sin tenerla. Que esta “injusticia” con el creador también existe, ya sea por criterio editorial o por la imposibilidad por parte del medio de poder contar todo lo que ocurre.
Arturo Paniagua: “Creo que siempre que se infravalora a la prensa es cuando, o no tienes su atención o cuando consideras que has hechos los méritos para tenerla, sigues sin tenerla”
Las redes sociales también son una nueva forma de comunicar, muchísimas bandas se han hecho famosas solo a través de sus redes sociales y, después, ha llegado la prensa, ¿qué opinas de esto?
Es fantástico que un montón de gente joven haya aprovechado 2020 para convertir su habitación en un estudio de grabación, y desde ahí mismo tenga la posibilidad de lanzar sus canciones al mundo. Creo que hay un trabajo complementario, y muy necesario, que tienen que hacer los artistas desde sus redes sociales, y luego los medios. Rigoberta Bandini ya era increíble mucho antes de que se escribiese el primer artículo sobre ella; y se ha convertido en la estrella emergente más brillante del último año gracias, en parte, a la atención de los medios. Tenemos que hacernos a la idea de que redes, blogs, periódicos, revistas, radios y teles, seamos del tamaño que seamos, ya formamos parte de un mismo ecosistema en el que todos somos importantes y debemos trabajar a favor del artista y darle herramientas para que muestre al mundo su arte. Suena hippie e idealista, pero sin el artista, sin las canciones, este motor no arranca.
Arturo Paniagua: “Es fantástico que un montón de gente joven haya aprovechado 2020 para convertir su habitación en un estudio de grabación, y desde ahí mismo tenga la posibilidad de lanzar sus canciones al mundo”
En una entrevista comentabas que en España hace falta más igualdad, más proyectos musicales formados por mujeres, pero también creo que existen pocos proyectos de gente de color, los cabezas de cartel siguen siendo heterosexuales cis blancos de clase alta, ¿cómo crees que se podría cambiar esto?
Creo que se tienen que dar más recursos, e incluso prestar una mayor atención a la diversidad también desde ese punto de vista. Cuando alguien dice: “Es que no hay suficientes artistas o bandas de ese perfil”, hay que hacer un ejercicio de investigación y demostrar que no es así. Porque, atención, no es así. Pero el esfuerzo tiene que empezar por los que tenemos la capacidad de ayudar a dar visibilidad a otros tipos de música y artistas. Hay algo que me gusta mucho, por ejemplo, de los concursos de bandas; y es que durante mucho tiempo fueron un desfile de cuartetos masculinos guitarreros, y a día de hoy eso empieza a cambiar, no solo por la mayor presencia de mujeres, sino además por una gran diversidad de géneros. Hay que preguntarse qué otras cosas suenan fuera de nuestra burbuja y cómo podemos ayudar a darles voz y a integrarlas en nuestras líneas editoriales.
¿Crees que de verdad algún día existirá la paridad? No solo a nivel femenino, también a proyectos musicales más disidentes, activistas, de clases no tan acaudaladas (recordemos que para poder formar una banda y mantenerse en el tiempo, si no tienes dinero, es complicado autogestionarse).
Te voy a poner un ejemplo práctico: Llegada la tercera temporada de Sesiones Movistar+ y con muchos de los problemas que te van surgiendo por el camino ya resueltos, nuestra mayor preocupación empezó a ser tener una programación de artistas lo más paritaria posible. Porque creemos que es necesario y posible, y porque de otra forma no se entendería nuestro principal empeño que es ser un fiel reflejo de la música española de estos tres últimos años. Y lo vamos consiguiéndolo poco a poco, constatando además que se mantiene nuestro nivel de exigencia y que este ha dejado de ser un programa en el que diferenciamos bandas o artistas masculinos y femeninos; es, simplemente, un programa de música, sin géneros ni etiquetas, donde cada artista tiene su forma particular de crear y entender la música, y donde solo esto último es lo único que nos preocupa. Esto es posible porque más allá de las propuestas que nos llegan, seguimos buscando, investigando e intentando ser más inclusivos en todos los aspectos posibles. Y ese ejercicio que hemos hecho desde la perspectiva de género, por supuesto que debemos hacerlo nosotros y el resto de medios desde muchas más perspectivas muy necesarias si, de verdad, queremos ser fieles al reflejo de la música actual.
Arturo Paniagua: “No trabajes gratis. Yo lo hice durante muchísimo tiempo, y aunque aprendí, era injusto con el esfuerzo y las ganas que siempre le he puesto a mi trabajo”
¿Aconsejarías a alguien que se dedicase a la crítica musical?
No soy nadie para “disuadir” a alguien de hacer lo que quiere. Sí le recomendaría constancia, pasión, y mucha planificación económica. Porque, de primeras, dedicándote a esto no vas a tener un contrato fijo y un sueldo digno. También recomiendo conocer lo mejor posible todos los lados de la industria, y saber cómo funciona. Y aquí van dos consejos de padre: 1. Lee. Mucho. Sobre todo. Incluso sobre cosas que no sean sobre música, porque el mundo en el que vivimos, el contexto social, político y económico en el que se crean discos y canciones también importa; y 2. No trabajes gratis. Yo lo hice durante muchísimo tiempo, y aunque aprendí, era injusto con el esfuerzo y las ganas que siempre le he puesto a mi trabajo. Además es perjudicial para toda la profesión.
¿De qué momento musical te sientes o estás más orgulloso en tu carrera?
Llevo tres años presentando, de forma sostenida y prácticamente sin parar, un programa semanal de música en directo en la televisión de este país. Poder ponerle cara a un esfuerzo tan grande por parte de una televisión como Movistar+ y con un equipo de entusiastas de la música, es algo que, a día de hoy, muchas veces no me creo. Y cada programa, cada conversación con un artista, cada tarde de grabación escuchándoles tocar, y luego llevarle eso a la gente en sus casas es mi mayor regalo. Además Sesiones Movistar+ llegó a mi vida en un momento en el que no esperaba muchas cosas del periodismo musical, y a nivel personal ha supuesto un cúmulo de experiencias inigualables en mi carrera.
Arturo Paniagua: “No me gusta que se perciba la música o mi profesión como un juego entre colegas, una competición de popularidad, o un challenge absurdo”
Vas bastante en solitario, pero parece que, si no formas parte de un colectivo, un grupo, una gang, tu trabajo no tiene más valía. A tu nivel de fama y de experiencia, Arturo, ¿crees que todo eso es necesario?
Es verdad que quizás da la sensación de que soy uno de esos tipos “hechos a sí mismos”, pero esa es la mayor de las patrañas que existen. Sin mi equipo en Sesiones Movistar+ el programa sería otra cosa, o no existiría; sin personas que, desde un despacho confiaron en mí, yo no habría presentado programas en Radio 3 o en LOS40, o no estaría retransmitiendo cada año los Grammys en Movistar+, o no habría hecho la retransmisión en directo de aquel Rock in Rio de 2010. Sin el increíble equipo que hacía Likes, yo no habría aprendido todo lo que me ha llevado a presentar en solitario un programa de televisión; y sin los concursantes de Fama, yo solo habría sido un tipo contando cosas sin más. Quiero decir, que siempre hay un equipo, hay gente detrás, aunque termines dando tú la cara. Y la gratitud es importantísima en esta carrera. Eso sí, el postureo sin fundamento y sin trabajo detrás, lo detesto. No me gusta que se perciba la música o mi profesión como un juego entre colegas, una competición de popularidad, o un challenge absurdo.
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¿A quién te ha gustado más entrevistar a lo largo de tu carrera?
La de Robbie Williams fue increíble por la experiencia y por la charla, pero recuerdo con mucho cariño entrevistar a Residente durante el confinamiento y alucinar con su discurso a nivel artístico y humano. También recuerdo estar como un flan delante de Shirley Manson después de ver tantos videoclips de Garbage en la tele y flipar con su fuerza, y encontrarme a una mujer poderosísima también a la hora de contarme su música, con una convicción increíble. Todas estas entendidas como experiencias poco habituales, pero en realidad yo disfruto mucho charlando sobre música más allá del reconocimiento de quien tengo delante. Cada entrevista de Sesiones Movistar+ es para mí un “juego” lleno de sorpresas y de aprendizaje.
Arturo Paniagua: “Y bueno, lanzo desde aquí una de las experiencias más penosas de mi carrera: Intentar entrevistar a Shakira”
¿A quién te gustaría entrevistar?
Si te hago una playlist con eso, estaría sonando durante un mes seguido. Ahora mismo creo que sería Taylor Swift por cómo la mayor estrella pop del mundo ha hecho lo que le da la gana, y por el camino sigue manteniendo el éxito y aumentando su valoración y su prestigio como creadora. Eso me parece brutal. Y bueno, lanzo desde aquí una de las experiencias más penosas de mi carrera: Intentar entrevistar a Shakira, en directo para TVE, justo antes de que saliese a actuar delante de 90 mil personas en Rock In Rio Madrid, en 2010. “Justo antes” es literal, en los 200 metros que separaban su camerino del escenario, unos 15 segundos, y con ella rodeada de unos señores bastante sobreprotectores. El resultado no fue malo, aunque podría ser mejorable. Definitivamente, algún día, Shakira y yo tenemos que charlar en un contexto más relajado y menos hostil.
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El bedroom pop ha cobrado mucha fuerza, pero, ahora, todo va a ser bedroom por las condiciones sociales y políticas, ¿crees que se mantendrá en el tiempo esta nueva generación que ni ha podido ensayar o hacer bolos?
A mí me encanta como toda una generación de artistas ha aprovechado la adversidad para utilizarla como motor de creación. Más allá de eso sí creo que las salas de conciertos necesitan un plan de apoyo cuanto antes, porque es ahí donde el circuito emergente y el underground nacen y crecen. Con las salas cerradas nos estamos perdiendo una parte importante, que es lo que viene a continuación de esa creación de un artista nuevo: Cuando logra compartir eso frente al público.
Arturo Paniagua: “A mí me encanta como toda una generación de artistas ha aprovechado la adversidad para utilizarla como motor de creación”
¿Cuál es tu BSO actual?
Voy a aprovechar este lugar fantástico para seguir declarándole mi amor a Parc, el nuevo disco de Ferran Palau. Ponerte ese disco es como cuando llegas a casa después de un día largo, te sientas, te quitas los zapatos y los calcetines. Es esa sensación de llegar sano y a salvo a un lugar. Además Ferran tiene un forma tan bonita de contar las cosas partiendo de la sencillez, que me encanta. Y bueno, estudié dos años de catalán (esto da para otra entrevista) y me desenvuelvo bastante bien con el idioma.
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¿Qué bandas te gustan de la escena española actual?
Ginebras es una de las cosas más divertidas que le han ocurrido a la música española, y me encanta lo que hacen. Pero esa lista puede seguir con Alice Wonder, Delaporte, María Blaya, Ganges, Califato 3/4, Maria Arnal i Marcel Bagés, Rigoberta Bandini, Las Dianas, Irenegarry, Anouck The Band, Flowerie o Kora. Oídos siempre abiertos.
Arturo Paniagua: “tengo muchas ganas de hacer radio, aunque por lo pronto me calmo las ansias haciendo mi podcast”
¿Qué planes puedes contarnos de planes para este 2021?
Yo ya tengo la vista puesta en la vuelta a la normalidad. Seguimos adelante con la tercera temporada de Sesiones Movistar+, y aspiramos a recuperar la intención de tener bandas internacionales en el programa. También estoy terminando ya con la presentación de la edición de este año de Mad Cool Talent by Vibra Mahou, y ha sido muy gratificante la unión con el festival y con Vibra Mahou, lo cual espero suponga más aventuras musicales con ambos. Y después de pasarme un año charlando con artistas desde mi habitación (llámalo bedroom journalism), tengo muchas ganas de hacer radio, aunque por lo pronto me calmo las ansias haciendo mi podcast, Playlist.
2 de abril de 2021 a las 5:09
He visto y oído algunos programas que ha presentado y la verdad es que se me hace muy pesado. Presentadoras como Virginia Díaz comunican mejor, empatizan más con las bandas y con el público y no se da tanta importancia.