Una alpinista descubrió esta increíble localización en una de sus excursiones. Pensó que este lugar sería perfecto para construir un refugio como lugar de descanso y contemplación. Después de adquirir el terreno, solo tenía un problema, y es que su presupuesto se había quedado reducido a poco más de 30.000€.
La propietaria contactó con el arquitecto Gonzalo Iturriaga Atala y después de solo 7 meses (3 meses de diseño y 4 meses de construcción) el sueño de la alpinista se había hecho realidad y además a un coste ajustadísimo de solo 31.980€.
Parece imposible ¿no? Tenemos que aclarar que los 3 meses de diseño en realidad fueron más porque Gonzalo Iturriaga ya tenía, antes del encargo, algunas ideas bastante avanzadas sobre un proyecto parecido a este. Otra forma de abaratar y de ahorrar tiempo, fue el que las estructuras de acero, usadas en el proyecto, fueron prefabricadas en un taller de Santiago.
Y es que la cabaña está ubicada en un paraje natural espectacular (Fundo San Francisco de los Andes) a poco más de 70 kilómetros de Santiago de Chile. Una construcción de 60m2 que cuenta con una zona común o núcleo central de cocina y baño, junto a otra zona que alberga 2 dormitorios.
La cabina descansa sobre pilotes, lo que la convierte en un objeto autónomo suspendido sobre el suelo. La cabaña está ventilada por todos lados; la corriente ascendente de la montaña proporciona un flujo de aire a través de una serie de aberturas dedicadas.
Un conjuro de pliegues conforman su estructura que está recubierta en madera de pino, además otros elementos metálicos como las grandes ventanas, realizan funciones tanto estructurales como volumétricas.
El refugio tiene suministro de agua, que proviene de un arroyo que baja de la montaña, y también suministro eléctrico, aunque este último no llegó hasta después de 2 meses de comenzar la obra, con el inconveniente que esto causó.
Se trata de un proyecto que se finalizó en el año 2016, y que hemos rescatado, porque nos parece que es un perfecto ejemplo de excelente trabajo por los retos que ha superado: de tiempo, de presupuesto, de acabados y de integración estética con el entorno.
Fotografías: Federico Cairoli
