Con pocos elementos y una arquitectura sencilla, Primitivo, Ara y Noa González, de González Arquitectos, han transformado este apartamento de 50m2 de la Costa del Sol de Málaga. Al proyecto le han llamado Una habitación mirando al mar y está inspirado en la obra del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto.
“Hiroshi Sugimoto fotografía el mar de manera obsesiva. En sus imágenes, una línea horizontal separa dos masas densas: el cielo y el agua. Una habitacioón mirando al mar es una fotografía de Sugimoto hecha arquitectura. Un marco para mirar el mar.” Así describe el estudio González Arquitectos la esencia del proyecto, una rehabilitación en el que menos es más. Eliminando todos los tabiques han creado un espacio diáfano, versátil y modular, una forma de aprovechar al máximo las reducidas dimensiones de la vivienda. Gracias al ventanal que recorre toda la fachada, los arquitectos han convertido el apartamento en un marco para contemplar el mediterráneo.
Una habitación al mar, de Primitivo, Ara y Noa González – González Arquitectos-
Una vivienda situada en un edificio típico de los años 60, donde González Arquitectos, realizaron las mínimas intervenciones posibles. Se demolieron todos los tabiques dejando un espacio totalmente diáfano que solo se ve interrumpido por las columnas estructurales. Convirtieron la fachada en una ventana hacia al mar, con paneles de vidrio de suelo a techo que recorren toda la fachada Sur. La galería en forma de L se interrumpe para diferenciar una terraza exterior y un mirador interior.
Una habitación al mar, de Primitivo, Ara y Noa González – González Arquitectos-
En el interior han jugado con la modularidad. Los tabiques se han sustituido por un único carril de cortina que recorre todo el techo. Con el cambio de posición de las cortinas se transforma por completo la percepción del espacio, ampliando las posibilidades de sus 50m2. Esto permite crear distintas configuraciones: una habitación diáfana, un apartamento con un dormitorio aislado, dos dormitorios con una cama canguro, un espacio con el salón separado, comedor–cocina o incluso despacho. El tejido de las cortinas, un guiño a la decoración de los 60, filtra y matiza la luz variante del mediterráneo con sus gradaciones de color. En los muebles y paredes se combinan los tonos grises y el blanco creando un contraste con los distintos matices del mar a lo largo del día.
Una habitación al mar, de Primitivo, Ara y Noa González – González Arquitectos-
Muchas de las piezas como el cabecero de la cama, la mesa de estudio y las mesa circulares son diseño del estudio, y se han combinado con piezas de firmas como Kettal o Vitra y muebles vintage. Las lámparas son de la firma sueca Wästberg. El apartamento está totalmente insonorizado mediante el uso de los materiales. “El pavimento se sustituyó por un suelo de linóleo, cálido y agradable que mitiga el ruido, y unido al techo acústico y las buenas carpinterías se consigue que el apartamento se aproxime a una cámara anecoica”, cuentan desde el estudio. Con un proyecto sencillo pero perfectamente pensado el estudio familiar de Primitivo, Noa y Ara González (padre e hijas) ha logrado transformar el típico apartamento vacaciones compartimentado y obsoleto de los 60 en un espacio contemporáneo y versátil abierto totalmente al mar para disfrutar de las vistas en cualquier momento del año y escapar de la ciudad.
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www.primitivogonzalez.com
Fotos: Luis Díaz Díaz
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Una habitación al mar, de Primitivo, Ara y Noa González – González Arquitectos-
