Segunda entrega de las reflexiones sobre covid-19 con respecto al mundo del arte y recomendaciones de eventos artísticos para visitar en etapa desconfinamiento. Desaprender lo establecido y aprender a vivir con el virus.
Mientras las instituciones y museos están impulsando el debate sobre los posibles escenarios post-covid y la vuelta presencial de espectadores a exposiciones y eventos artísticos; en este segunda entrega nos hemos acercado a las admirables directoras de dos jóvenes galerias, ellas son Beatriz Fernández, Rocío de la Serna, Cristina Fernández y Blanca Fernández al frente de Twin Gallery de Madrid y Laura González Palacios al frente de Chiquita Room en Barcelona. Ellas nos ofrecen sus especulaciones con respecto a la escena artística post-covid y sus recomendaciones en esta etapa de desescalada en la que los espacios, galerías, museos e instituciones han abierto sus puertas y se adaptan a las medidas de esta “nueva normalidad”.
Foto Portada: Más Allá de lo Humano de Manuel Franquelo-Giner
Laura González Palacios: Chiquita Room, Barcelona
Desde esta perspectiva chiquita, el mundo del arte se me hace casi tan grande como el mundo y me resulta muy difícil augurar un futuro determinado a una y otra escala. De hecho, no veo aún el momento de pensar en una realidad post-covid. Porque, aunque puede que ya se haya empezado a hablar de A.C. o D.C. (chiste inevitable), probablemente eso no responda más que a la necesidad humana de calificar para comprender.
Nos guste o no seguimos en medio de la pandemia. Y todavía vamos a tener que acostumbrarnos a muchas cosas. Es algo así como atravesar un túnel a oscuras sin saber bien cuán largo es, ni qué encontraremos al otro lado. Por eso, antes que cualquier presagio, creo que nos sería más útil seguir desarrollando habilidades para cruzar el túnel y no “volver a la normalidad”: tolerar un alto grado de incertidumbre, hacer fuertes las redes de apoyo directo y real, ejercitar la resiliencia, lidiar con la frustración.
Retrato Laura González Palacios. Foto: Marina Balagué Viñolas
El arte y la cultura bien podrían contribuir a una mejor gestión de esta crisis y sobre todo ayudarnos a disolver de alguna manera nuestra desilusión con la vida, con “el sistema”, con lo que hay. Pero resulta difícil hacerlo en un país donde el arte y la cultura siguen sin considerarse bienes esenciales.
En mi opinión, lo más interesante del parón de máquinas del que aún estamos saliendo, sería recordar como un mantra que fue precisamente el paréntesis lo que nos dio el tiempo y el espacio para pensar, para sentir. También para tomar decisiones (en la medida de lo posible) o para aprender a aceptar aquellas que tomaron por nosotr@s, viendo cómo nos afectan o imaginando disidencias si no nos convencen. No olvidemos que seguimos con un asunto colectivo entre manos (siempre lo fue) y que al mismo tiempo debemos seguir atendiendo nuestras propias miserias. Quizá sea el mejor momento para hacer autocrítica, volver a lo esencial, tanto en el arte como en la vida, abrir las puertas a una verdadera nueva manera de hacer, en lugar de echar solo y toda la culpa hacia fuera.
Si nos ponemos a ello, realmente tenemos la oportunidad de repensar un modelo más justo, más humano, más empático, menos voraz. Actualmente, el mercado del arte está fundamentalmente basado en las enormes desigualdades de quienes producen, compran y en el medio comercializan. Un circuito opaco, elitista y egoísta que la mayoría de veces se vende al mejor postor precisamente por eso, porque vende. Si dejáramos de pensar exclusivamente en términos de mercado, el mundo del arte podría poner de nuevo encima de la mesa los temas relevantes de los que toca hablar, los nuevos caminos que se pueden explorar, las realidades en la sombra a las que conviene volver la mirada para que no nos exploten en la cara después. Y bien podría hacerse de una manera porosa y colaborativa, ojalá atravesando todas las direcciones de la condición humana de forma radical, pacífica, con creatividad, valentía y ternura.
Chiquita Room, Barcelona
En Chiquita Room hemos intentado aprovechar el paréntesis para repensar los valores fundamentales del proyecto y su razón de existir, además de preparar una vuelta prudente, a modo de campo de pruebas. Volvimos a abrir con cita previa hace casi un mes la exposición Mise en Images, que reúne 70 publicaciones de artistas basadas en la acumulación de imágenes. Se trata de un proyecto de Rosa Lleó y Pedro Torres que prorrogamos, puesto que se había inaugurado apenas diez días antes del estado de alarma y precisamente la gracia es ver la muestra en directo para tocar los libros.
Asumidas las medidas necesarias (gel, guantes, distancias, aforo…), el sistema de cita previa con el que funcionamos aporta algo de ritual muy interesante. En esa comunicación directa y distendida, gana el one to one. El mero intercambio previo de agendas, la llegada hasta la galería en este contexto y el poder disfrutar la exposición prácticamente a solas se convierte en todo un acontecimiento.
Mise en Images, vistas instalación. Foto: Marina Balagué Viñolas
Durante este tiempo, también se ha gestado el próximo proyecto que inauguramos el 25 de junio con Sara Agudo Millán. La artista nos hace volver a prestar atención a las plantas y hablar de árboles con To Talk About Trees. Un proyecto participativo que reflexiona sobre el modo de percibir nuestro vínculo actual con la naturaleza y la crisis medioambiental. Sara nos anima a cuestionar a qué le damos valor y cómo esta elección condiciona nuestra relación con el entorno, algo que paradójicamente se ha puesto de manifiesto durante el confinamiento y es de suma urgencia. Porque es ahora o nunca que debemos atender lo común, salvar lo público, reforzar lo que somos esencialmente y lo que nos une, para encontrar también una salida a nivel individual.
Sara Agudo Millán, To Talk About Trees, foto de la artista.
Sara Agudo Millán, To Talk About Trees, foto de la artista.
chiquitaroom.com
Rocío de la Serna, Beatriz Fernández, Blanca Fernández, Cristina Fernández: Twin Gallery, Madrid
Siguiendo el hilo de lo que escribió Sonia Fernández Pan en la anetior entrega con las tres comisarias, lo que se está dejando de lado es poner el foco en el presente, es decir, ni pre-covid ni post-covid, simplemente el aquí y ahora, y es eso sobre lo que muchos artistas ya están reflexionando. No nos referimos tanto al arte realizado durante la pandemia, esos “diarios” de pandemia o artistas “reporteros” que relatan o dejan constancia de estos meses de confinamiento, del estado de alarma, sino a las ideas que nacen de la reflexión, del análisis profundo de esta situación que ha puesto en jaque al mundo entero, a las estructuras de poder y ha sacado los colores al sistema.
En estos meses ha sido curioso ver como tantas posturas disidentes con el sistema alzaban la voz al tener que parar esa producción y ese consumo de contenidos, ese tener que estar siempre en activo. La filosofía contemporánea lo viene advirtiendo desde hace tiempo, nos hemos convertido en esclavos de nosotros mismos. Hay un verdadero pavor a estar con uno mismo, a reflexionar, a simplemente estar en calma.
De izquierda a derecha: Beatriz Fernández, Rocío de la Serna, Cristina Fernández y Blanca Fernández
En cuanto a formas de mostrar habrá más presencia virtual y se vivirá más en redes y plataformas. Aunque sí o sí, las muestras, a no ser que se trate de vídeo o arte digital, tendrán que ser montadas en un espacio físico, ordenadas con un itinerario narrativo y visual, porque eso es una muestra —aunque luego se graben en 3D, se haga un reportaje o se hagan fotografías para el dossier de sala—. Variarán las inauguraciones o los eventos multitudinarios. De todos modos, en el día a día de las galerías, las visitas son un goteo, más o menos constante, pero sin aglomeraciones.
El periodo coronavirus difícilmente puede tratarse de un paréntesis cuando hay tanta gente que ha perdido personas importantes; tantos cambios estructurales en nuestro día a día; miedos que nos harán perder la naturalidad… Por increíble que parezca, ya hay mucha gente que se comporta como si nada hubiese pasado.
Pensamos que en muchos aspectos sí se deben producir cambios radicales, han emergido muchas realidades que desconocíamos y que no se pueden tolerar. Pero también es importante destacar cómo una urgencia pasa por encima de otra. Es decir, hasta hace tres meses estábamos absolutamente concienciadas con el cambio climático y, cuando explotó la pandemia, por higiene, todas hemos vuelto al usar y tirar sin tapujos, a usar lejía y otros productos químicos dañinos para el medio ambiente, así como el transporte privado. Y eso, a pesar de las voces que advierten que lo que ha pasado tiene su origen en el mal uso que hemos dado al planeta. Ahora parece que eso no importa, se trata de sobrevivir, … ¡en fin!
Respecto al mundo del arte, más que reset toca volcarse en esa digitalización que ya se estaba dando. Solo que ahora, de una manera u otra, estaremos todos los agentes implicados. Las galerías somos las difusoras del trabajo de los artistas y, al igual que en los medios —cuando se produjo el paso del analógico al digital—, hasta que no llega a un número determinado de receptores, no termina de implantarse.
Cuando nosotras comenzamos muestra actividad en redes sociales, no era común. Sin embargo de unos años hacia aquí, es inconcebible cualquier tipo de negocio que no tenga su perfil en, al menos, un par de ellas. Hasta ahora, todos apostábamos por un coleccionismo presencial y, aunque como galería estamos asociadas a Artsy y otras plataformas, hasta que no nos hemos visto todos a través de la pantalla —por obligación— no hemos dado ese giro, los coleccionistas están también ahí.
Sucede igual con el tele trabajo, las teleconferencias. Hoy mismo hemos “asistido” por videoconferencia a la asamblea de Arte_Madrid (Asociación de Galerías de Madrid) que tantas veces nos hemos perdido por estar fuera de Madrid o por otros compromisos. Muchísimos de los pasos que vamos a dar no suponen nada nuevo, sino simplemente utilizar las herramientas que ya teníamos y que al generalizar su uso, tienen un sentido práctico. Habrá que analizar, a su debido tiempo, la diferencia en la recepción de todos estos mensajes, el calado que pueden tener y si no se convierte todo en mero entretenimiento.
El cambio mas drástico será el control del aforo en las inauguraciones —que siempre han sido un acto de celebración—; en la presentación de un proyecto; en la puesta de largo de un artista; o en los encuentros con otros profesionales y amigos. En ese sentido, vamos a echar de menos ese matiz social que nos relaciona con este entorno y que tantas oportunidades para conocerse e interactuar ha ofrecido. De una manera u otra, estos eventos acercaban a personas que no pertenecían profesionalmente al mundo del arte y servía para iniciarse en una nueva pasión, o mismamente una afición, que de otra manera no se habría dado. Ya buscaremos la fórmula para seguir montando las exposiciones en nuestro espacio, sin dejar de lado el paso a lo digital, que, sin lugar a dudas, ampliará públicos.
Recomendaciones. Madrid
Una de las exposiciones que se han visto afectadas por la pandemia ha sido Madre Drone, de la artista chilena Patricia Domínguez en CentroCentro. La muestra formaba parte de There is Nothing in the Middle, segundo episodio del ciclo Absolute Beginners comisariado por Rafael Barber Cortell.
La exhibición cuenta con obras de absoluta actualidad, como la videoinstalación Madre Drone, en la que la artista utiliza los recursos que pudo grabar durante el brutal incendio en la Amazonía y las revueltas de Chile, a las que asistió, sin proponérselo, a raíz de su residencia en Kiosko (Bolivia). Este trabajo plasma a la perfección la efervescencia social que está atravesando América del Sur. Sin ir más lejos, el derribo de un dron policial con rayos láser disparados por los manifestantes, es histórico y enlaza perfectamente con el momento que estamos viviendo ahora, en el que aún con el virus amenazando, la gente está saliendo a las calles reivindicando todo tipo de derechos. Parece que hay un hartazgo global.
Twin Gallery, Madrid
Unos días antes de que se declarara el estado de alarma decidimos posponer las exposiciones que teníamos programadas en el trimestre abril- junio: la tercera individual de Manuel Franquelo-Giner y la primera de Blanca Gracia en Twin Gallery, pasándolas directamente al trimestre septiembre-noviembre. Creemos que hay muchísimo trabajo y esfuerzo por parte de los artistas como para que sus exhibiciones puedan ser obviadas por las vicisitudes del momento.
Así que en septiembre volvemos arrancando la temporada con la exposición Más Allá de lo Humano de Manuel Franquelo-Giner. Con Más Allá de lo Humano, Franquelo-Giner cierra cinco años de singular investigación acerca del animal no-humano en el contexto de la producción capitalista y, abre su trabajo a las posibilidades estéticas que contribuyen al pensamiento de los estudios críticos animales. La muestra nos aproxima a un lugar desconocido, y, en el mejor de los casos, nos acerca a un futuro en el que entregarnos a los encuentros en los siempre imprecisos límites de la especie. Pero también nos llena de esperanza y nos traslada a un futuro en el que redirigir nuestros afectos y, porqué no, nuestra imaginación hacia un orden de las cosas en el que los seres y los lugares habitados sean nuevamente considerados.
twingallery.es
