MICAH P. HINSON

MICAH SE PASA A LA LITERATURA

Dos personajes desorientados, con un pasado del que apenas sabemos nada y un viaje a ninguna parte en el que los protagonistas se ven envueltos en situaciones sobre las que no tienen ningún control. Así es la primera novela que publica Micah P. Hinson: corta pero intensa, “No voy a salir de aquí” es una de esas historias que se cuelan en tu mente y en la que aún te encuentras inmersa días después de haber terminado la lectura. Publicada en primicia mundial por Alpha Decay, Micah estuvo ayer en Madrid presentando su obra en Tipos Infames. Aprovechamos su paso por allí para hablar con él sobre locura, religión, música y, cómo no, literatura.

Los personajes de tu libro parecen un poco perdidos y se dejan llevar por las circunstancias. En cierta forma me recuerda a “El extranjero”, de Camus. ¿Es una influencia? Adoro “El extranjero”. Lo compré en Texas cuando trabajaba de repartidor y el libro lo escribí mientras trabajaba en un bar, pero no me dí cuenta de que se trataba de una influencia hasta que no hubo pasado el tiempo.

Pese a ser músico, en la novela no hay ni una referencia musical. ¿Temes que la gente le ponga “banda sonora”? Si tuviera que poner música a esta novela sería de Woody Guthrie, pero me sentía estúpido poniendo música a los protagonistas, aunque haya partes de mí en todos los personajes. Pero necesitaba que mis personajes hicieran algo menos superfluo que música, porque a mí la música me parece algo trivial. No es como un libro, que queda ahí de forma permanente. Son formas de arte diferentes.

La novela también es muy atemporal, porque salvo un momento en que mencionas un ordenador, cuesta trabajo situar a los personajes en una época determinada… ¡Mierda! ¿He mencionado un ordenador? Sí, cuando se quema la casa… ¡Mierda! ¡Soy un hijo de puta! ¡Lo olvidé! Quería que fuera totalmente atemporal. Es evidente que hay coches y hoteles, así que no podía tratarse de la Grecia clásica, pero me gustaba la idea de que pudiera ser en cualquier década. Pero sí, quería mantenerme al margen de cualquier referencia temporal, un poco como hago con mi música. Empecé a escribir la novela cuando tenía 21 años: todo surgió a raíz de un concurso en el que te daban las cinco primeras palabras que tenías que usar (“la puerta de mi habitación”), pero no tenía ni idea de lo que quería hacer, fue surgiendo de forma normal.

Todos los personajes que hablan de Apple dicen de ella que está loca, pero muchas veces son quienes la rodean los que están verdaderamente locos… Creo que el personaje más normal es Paul. Es una persona que no tiene demasiados sentimientos, que no habla demasiado… no sé, para mi el libro cuenta la historia de un hombre que se convierte en niño. Y ella tampoco está tan loca como la gente quiere creer. También hay personajes que me parecen incluso antipáticos.

Aunque los personajes no son religiosos, sí que aparecen menciones a Dios y cuando conocemos a Apple la vemos leyendo pasajes de una Biblia… Creo que la Biblia puede ser un libro muy extraño aunque no seas una persona religiosa. Para mí la espiritualidad es distinta a lo que nos enseñan, para mí se trata de tener esperanza y de ser libre. De lo que se trata es de ver la religión como algo que te dé esperanza, y no como algo basado en el miedo y el castigo. Pero el pasaje que uso de la Biblia para abrir el libro me parece que expresaba muy bien lo que quería decir. Y luego está el personaje de Jonathan, que en cierto modo quiere jugar a ser Dios. Pero incluso en la Biblia te dicen que no tienes que interpretar las cosas al pie de la letra, y de hecho, muchos de los libros de la Biblia se contradicen entre sí. Seguro que hay a quien le molesta que piense así, pero cada uno es libre de pensar y actuar como quiera, siempre que no se trate de maltratar a niños o matar a gente. Pero la religión ha sido una parte importante, porque mis padres me llevaban a la iglesia los domingos por la mañana y por la noche y los miércoles. Supongo que es inevitable que algo de religión se filtre en la novela.

En el libro también hay muy pocos elementos descriptivos: no nos dices cómo tenemos que imaginar a los personajes ni das pistas sobre nada, está todo descrito a muy grandes rasgos. Es que odio esos libros en los que te empiezan a contar que hay un gran paisaje verde, y al fondo se ve una verja que lleva a una jodida estación de gasolina… Sé que suena ridículo, pero como en mi música, intento que sea todo lo más universal posible: te puedes identificar o no con lo que digo, pero cada uno puede imaginarse a los personajes como quiera. Nadie tendrá dos visiones iguales del mismo libro. No quería decir a la gente cómo tenía que imaginarse todo.

¿Habrá más libros?
De hecho ya estoy escribiendo mi quinta novela. Ya he llegado a un acuerdo editorial para publicar las otras tres. He estado escribiendo libros durante años, pero nunca pensé que pudieran tener un público, así que ahora que he tenido esta oportunidad, me siento como si estuviera en una carrera.