Tiras un palillo chino al aire y aparecen ochenta locales de ramen en Madrid. No importa si lleva pato, cerdo o gambas en tempura: todos saben igual. Por suerte ha venido Killer Sobo a La Latina a enseñarnos por qué aún no habíamos probado uno con el cariño y la materia prima que la receta auténtica merece.
Es evidente el riesgo que supone abrir un nuevo local de ramen en el Madrid de 2019: ser el último mono. Esto ya lo imaginaban en Killer Sobo, claro. Pero con todo el ramen que ha sorbido Pablo Murga, el que hiciera este chaval en su cocina no iba a ser uno cualquiera. Y no lo es.
Imagen superior: Killer Ramen de Killer Sobo foto de eat&love.
Killer Sobo es la primera taberna japo-castiza de Madrid y acaba de abrir junto a la Plaza de la Paja para dar un golpe de aire fresco (y mestizo) al clásico salseo de fin de semana del barrio. Un espacio que olía a ‘lujo-nipón’ a base de mármoles y cortinas doradas obra de su antecesor, el restaurante Crudito, y que ahora ha sido intervenido por el director de arte Ángel Espinosa. Un diseñador muy ‘crafty’ que ha creado toda la imagen de marca junto a eat&love Studio, un pequeño estudio de branding y conceptos gastronómicos de Madrid. Así es como han trabajado no solo en el naming o el concepto foodie, sino en la imagen y el interiorismo, dejando atrás ese halo de ostentosidad para darle un rollo más punky, ecléctico y divertido.
Imagen superior: En la cocina de Killer Sobo foto de eat&love.
Pero, ¿qué es Killer Sobo? ‘Sobo’ es abuela en japonés, y ‘Soba’ un tipo de fideo. Así que la ‘abuela asesina’ o Nana-Chan (como ellos la han bautizado) es la personificación de esta propuesta tan especial. Un local que ofrece tapeo japo-castizo, pero también platos tradicionales súper trabajados que fusionan recetas nacionales y niponas. Todo elaborado con una materia prima de la nuestra, de calidad, y con precios bien asequibles para un amplio abanico de bolsillos.
Imagen superior: Bao de rabo de toro de Killer Sobo foto de eat&love.
Imagen superior: Interior de Killer Sobo foto de eat&love.
Su carta es sencilla y libre de pretensiones, pero derrocha originalidad y astucia. Así ofrecen un pequeño repertorio de clásicos de taberna de toda la vida reformulados en clave asiática sin ningún complejo de por medio. Y es que no les ha temblado el pulso proponiendo unas alitas de pollo en pepitoria spicy con sake, un torrezno con salsa de chile casera o la croqueta rollo korokke rellena de patatas revolconas y tonkatsu de cerdo.
Mucho cuidado con sus baos que, a pesar de ser un plato bien manoseado por cientos de cartas de restaurantes, aquí merece y mucho la pena. Prueba indiscutible de ello es su delicioso Wow-bao de alitas deshuesadas con pepino encurtido y crunchy de cacahuete o el (prohibitivo) bao relleno de rabo de toro con mayo picante y polvo de cerdo.
Imagen superior: Torreznos en Killer Sobo foto de eat&love.
Mención especial también para los fuera de carta, porque viendo lo que han hecho hasta ahora, tiene pinta de que van a ser muy especiales. Entre ellos el Bun Lab: mollete tradicional de manteca ibérica y trigo duro (firmado por los panaderos más cracks del barrio, el Obrador San Francisco), relleno de costillas a baja temperatura y yakiniku.
Para el plato fuerte tenemos al rey de la fiesta: su Killer Ramen. El cuenco que te va a matar, pero de sabor. Y es que, aunque ya se cuenten por decenas en Madrid, pocos te vas a encontrar como el de Killer Sobo. Elaborado con paciencia, cariño y producto de primera (que diría tu abuela).
Imagen superior: Bao de rabo de toro de Killer Sobo. Foto de Pablo Murga.
Calentar alma y estómago es bastante fácil con cualquiera de sus 3 formatos de ramen: el de cocido de la abuela, el de estilo khao soi (sopa de curry típica del norte de Tailandia) y por último el tonkotsu ramen. El peso de los pesos pesados. Preparado con un contundente caldo de tuétano, fideos artesanos, panceta tostada, alga nori, setas enoki, cebolleta y huevo. Solo apto para tragaldabas amantes del buen caldo y valientes a quienes no les importe caer redondos después.
Para un clímax de lo más dulce levantan pasiones con su brownie spicy, pero te recomiendo probar el arroz con leche de Nana-Chan. No tiene desperdicio. Un postre de abuela estilo veggy con leche de coco y fruta que te va a dejar la boca en shock y las ganas de volver a flor de piel.
Imagen superior: Ángel Espinosa dando los últimos retoques en Killer Sobo. Foto de Pablo Murga.
Restaurante Killer Sobo
Calle de la Redondilla 7 (Metro La Latina), Madrid.
Tel. 635 09 20 69