WILD NOTHING

VIEJAS FOTOS GUARDADAS EN UNA CAJA DE ZAPATOS

Nos invade la nostalgia. Es probable que en estos tiempos lo normal sea refugiarse en los años en los que éramos demasiado pequeños para preocuparnos de otra cosa que no fuera divertirnos. Quizá sea este el motivo por el que ahora disfrutamos de grupos como Wild Nothing, porque abren esa puerta en la mente que nos conecta con nuestros mejores recuerdos. La fórmula funcionaba y funciona. Melodías en gris, riffs insistentes, voces sugerentes. El paisaje que el grupo de Virgina ha rescatado en “Gemini” nos transporta a los ochenta, década denostada durante los noventa y que ahora parece la edad de oro del pop. Jack Tatum, prácticamente el único miembro de la banda, acepta las fuentes a regañadientes: “Claro que soy fan de The Cure, pero es el grupo de la época que menos he escuchado. Básicamente Desintegration”. Ya, pero no sólo se escucha al grupo de Robert Smith. “Gemini” resulta una especie de híbrido entre aquella época y esta. Las melodías de Echo y la actitud de The Jesus And Mary Chain e incluso toques de OMD como en Drifter que se conjugan en una propuesta que nos suena familiar pero más cercana, como unos Pains Of Being Pure at Heart más relajados. Tatum acepta mejor la etiqueta. The Guardian los describió como shoegaze hecho con una caja de zapatos. “Es una definición bastante exacta, al menos en lo referente al poco tiempo y dinero del que dispuse para la grabación”. Si eso es cierto, a partir de ahora quizá sería buena idea imponerles un tope de gasto para la elaboración de sus próximos discos.