NOCHES DE VODKA Y SOL
Estábamos cerrando el número de verano cuando recibimos un email de Finlandia Vodka invitándonos a un bucólico paraje finlandés para ver el sol de medianoche. No hace falta decir que inmediatamente confirmamos nuestra asistencia. Lo primero que nos sorprendió de Finlandia es que había muchísimos árboles, también pudimos comprobar que hay millares de mosquitos con muchas ganas de sangre y que, además, hacía mucho más calor del que esperábamos, con lo que enseguida nos dimos cuenta de que la ropa que llevábamos en la maleta no nos iba a servir de nada. Nuestro destino era Langvik, un enorme y recién inaugurado hotel “in the middle of nowhere” (palabras textuales de nuestra guía) donde nos reunimos alrededor de 200 personas de unos 30 países diferentes. Nada más llegar, y durante los dos días siguientes, Finlandia Vodka se convirtió en nuestra bebida habitual, raro era el momento en el que no teníamos un cocktail en la mano. También aprendimos a catar diferentes marcas de vodka e incluso a hacer nuestro propio cocktail.
Una de las muchas ventajas de Finlandia Vodka es que no da resaca, es un vodka cuyos principales ingredientes son el agua pura de un glaciar situado en Rajamäki y cebada de gran calidad que se cultiva solo en el centro de Finlandia, a la que el sol de medianoche ayuda a crecer. El resultado es uno de los vodkas más puros y menos tratados químicamente del mundo, que además se encuentra en el mercado con numerosos sabores diferentes.
En nuestro viaje a Finlandia visitamos también Fiskars, un pueblo restaurado por una comunidad de artistas que producen y comercializan allí mismo sus productos artesanales. También pudimos degustar una cena a cargo de una famosa y joven chef nacida en Estados Unidos pero de madre finlandesa, Sara La Fontaine. La noche de San Juan la vivimos de una forma muy especial, a las doce de la noche se encendió la hoguera situada en medio del lago que teníamos justo detrás de nuestro hotel, y, según la tradición finlandesa, en ese fuego dejamos atrás todas las cosas negativas para dar paso a las positivas. Nunca llegó a anochecher del todo, y sobre las dos de la mañana el sol empezaba a brillar de nuevo con fuerza. Después de esto una visita relámpago a Helsinki para comprar algún que otro reno en un mercadillo tradicional y vuelta a casa. Allí dejamos el sol de medianoche, pero el vodka no, Finlandia Vodka vino con nosotros. Una vez que lo pruebas ya no hay vuelta atrás. Y eso que reconozco que siempre he sido más de ron, pero ya se sabe, rectificar es de sabios….
30 de junio de 2010 a las 19:53
Ainsss, echo de menos el Vodka!
30 de junio de 2010 a las 15:34
Muy buena crónica!! Me quedo con. “Finlandia Vodka vino con nosotros. Una vez que lo pruebas ya no hay vuelta atrás. Y eso que reconozco que siempre he sido más de ron, pero ya se sabe, rectificar es de sabios…”
Tienes toda la razón. Yo añado que ha sido una experiencia maravillosa por el buen hacer de la organización, el lugar y la compañía.
Besos y viva Vodka Finlandia!!!