Sí, otra apertura en la calle Ponzano de Madrid, esta calle parece que no tiene límites. ¿Hay clientes para tantos restaurantes? No te respondemos, solamente te invitamos a que te pases por allí un jueves, por ejemplo. El último en llegar se llama Charnela y va, sobre todo, de mejillones. Nosotros hemos ido a probarlo y te aseguramos que el sitio no te defraudará.
El mejillón es la especialidad de Charnela y a partir de este manjar elaboran diferentes platos. Una de sus especialidades es a la manera tradicional belga “Moules et Frites” pero a la que le dan un toque patrio. Los cocinan con nueve tipos de salsas (ocho fijas y una más que varía cada mes) y van acompañados de patatas fritas caseras. Por mencionar algunas de estas originales opciones, están los Mejillones Charnela, con una salsa suave de curry y nata; los Feriantes, elaborados con guindilla y manzanilla y los Parmesana, con ají amarillo, parmesano rallado y salsa del chef. Para los que no les gusta enmascarar el sabor del mar recomendamos los Feriantes.
La materia prima en Charnela es de primerísima calidad, en el caso de los mejillones, son de mar abierto (Zona A) y criados en bateas ecológicas en la Ría de Arousa.
Aparte de las cazuelas con patatas al estilo belga, en este pequeño restaurante, también los encontramos en su formato Tigre o en una receta propia como es el Charnelito: una mezcla entre mejillón en vinagreta y un ceviche peruano. Otra delicia es el Charnelo, una de las estrellas de la casa, un bocatín de mejillones en pan de aceite con queso fundido, rúcula y una mayonesa del propio escabeche del mejillón. ¿Más recetas con el famoso molusco Gallego? No podían faltar la Croquetas de mejillón, en escabeche o las de mejillón con pimientos de piquillo o mezclas tan curiosas como el Mejillón en Escabeche con Algas Wakame.
Pero Charnela no solo tiene mejillones también trabaja otros productos del mar como las anchoas, los boquerones o las ostras (Plana Gallega, Gold Beach o Gillrdeu). De la huerta, podemos encontrar un Tomate Rosa Aliñado con sal negra que es un auténtico manjar o los Pimientos Ecológicos al Horno. Los carnívoros también pueden disfrutar con el Lomo bajo de vaca, la Chuleta gallega de ternera lechal o Pluma de cerdo ibérico de bellota.
El restaurante está dividido en dos salas más bien pequeñas. La primera, con mesas altas, da al escaparate y se usa para picoteo de barra. La otra, una sala interior, con una capacidad para 30 personas donde uno se puede sentar y aislarse del ruido de la zona de barra. El interiorismo, de estilo marinero no es algo que destacaríamos.
Cuando lo visitamos, un martes, estaba hasta la bandera, se nota que ha sido bien recibido en el barrio. Hablamos con sus dueños Alejandro Yravedra y Victoria Mántaras y nos contaron que ellos no tenían experiencia en gastronomía. Los dos vienen del mundo de las finanzas y de la abogacía. Es curioso porque aunque se ve algo esa inexperiencia en el tema del servicio, no se aprecia para nada en la comida, que está cuidada al máximo.
Un detalle a tener en cuenta: el nombre de Charnela es el término con el que se describe la articulación que une las conchas de los moluscos.
Si te animas a probarlo comienza pidiendo una Gilda o Gildón (igual pero con mejillón) mientras estudias las carta
Charnela
Calle Ponzano, 8. 28010, Madrid
www.charnelamadrid.com
Tel: +34 910 24 81 42
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Horario:
Martes y Miercoles de 12.45 a 17.00 y de 19:45 a 00:30 h.
Jueves de 12.45 a 17.00 y de 19:45 a 02:00 h.
Viernes y Sábados de 12.45 a 02:30 h.
Domingos: de 12.45 a 17.00 h.
Lunes cerrado
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