La rehabilitación de la sede del Battersea Arts Centre, un antiguo edificio del ayuntamiento de gran valor patrimonial al suroeste de Londres, ha concluido después de 12 años y un devastador incendio durante el proceso. Gracias a la colaboración entre el estudio de arquitectura Haworth Tompkins, artistas y productores teatrales, y mediante un proceso llamado Scratch que invita a las personas a opinar sobre nuevas ideas, el Battersea Arts Centre (BAC) es hoy un espacio público cultural de 2396 m2 dedicado a actividades creativas y comunitarias.
Residencia de artistas, centro de innovación y desarrollo pero también sede con 35 espacios escénicos y un lugar para explorar el patrimonio local, jugar o relajarse, el BAC es el paradigma de una arquitectura destinada a promover cambios culturales en el futuro.
Este colosal proyecto de rehabilitación no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto del estudio británico Haworth Tompkins, especializado en espacios teatrales, y el equipo del Battersea Arts Centre, considerado como uno de los promotores de arte escénico más importantes en el Reino Unido. Un viaje experimental que comenzaría en el 2006 en colaboración con artistas y la comunidad local, y que ha ido transformando la que fuera sede de BAC desde 1974 en un entorno de actividad constante y adaptable.
La ingente tarea ha sido imaginar un edificio cultural público del siglo XXI en el que las demarcaciones tradicionales del auditorio, el vestíbulo y la parte trasera de los espacios auxiliares pudieran disolverse y reconfigurarse en combinaciones casi ilimitadas haciendo que tanto el edificio como la organización del BAC fueran más abiertos, porosos, permisivos y divertidos.
Cuentan sus protagonistas que gran parte del trabajo de rehabilitación del elegante edificio cívico Battersea Town Hall, diseñado por E.W. Mountford en 1893, ha sido improvisado y sintonizado a medida que avanzaba el proyecto. Debido a esa constante revisión y retroalimentación pudieron enfrentarse al devastador incendio que destruiría parcialmente el Grand Hall del BAC en el 2015. Este incidente fue capaz de asimilarse en el proyecto como otro momento de evolución y cambio.
La cáscara de ladrillo estructural que sobrevivió al incendio se ha estabilizado y reparado para soportar techos reconstruidos, mientras que el patrón del techo de yeso decorativo original, abovedado y perdido en el fuego, ha inspirado un nuevo techo de madera contrachapada que brota de las paredes y sigue la misma curvatura que el original. La nueva infraestructura técnica, oculta en el falso techo, permite una ventilación natural, una posibilidad teatral mucho mayor y una acústica variable para adaptarse a una variedad de eventos como oratoria, dramas, festivales, bodas, conciertos y recitales orquestales. La rehabilitación de las superficies de las paredes de la sala y los corredores que las rodean ha conservado la extraordinaria riqueza y complejidad de las originales. Los espacios han sido iluminados por lámparas colgantes diseñadas por Haworth Tompkins y el diseñador industrial Robert McIntyre.
Las obras de rehabilitación se desarrollaron progresivamente, comenzando con modificaciones en el café y el vestíbulo de entrada. Para llevar la luz lo más profundo posible en el edificio y ayudar a la orientación, se creó un nuevo espacio escénico público en un antiguo patio central. Se introdujeron nuevas superficies de muros en ladrillo blanco esmaltado, aumentando la luminosidad del espacio y reflejando la luz natural en los corredores de circulación. Los áticos y tejados se han reconvertido y ampliado en oficinas, jardines de uso interno y dormitorios para artistas visitantes. Mejoras técnicas, tales como los espacios dedicados para talleres y vestidores, junto con una nueva infraestructura de iluminación y sonido “plug and play”, permiten que las presentaciones se realicen en espacios de todo el edificio y en cualquier combinación.
El semisótano o Lower Hall se ha rehabilitado con el equipo de BAC para diseñar nuevo centro de desarrollo e innovación llamado Scratch Hub. Dicho espacio proporciona un hogar para empresas locales, empresas de nueva creación, artistas, empresas creativas, organizaciones benéficas y empresas sociales.
“Como arquitectos, artistas, productores y miembros de la comunidad en general, nos propusimos hacer del Battersea Art Centre un lugar donde todos pudieran sentirse parte de un proyecto atrevido y creativo”, dice Steve Tompkins, Director de Haworth Tompkins.
Equipado para el futuro, Battersea Arts Centre se ha convertido en un edificio público cultural elástico en un mundo en constante cambio.
Misión cumplida.