Nos sedujeron con su colección Erosión en la muestra “Mujer Objeto” en el Madrid Design Festival, una colección inspirada en la historia de los floreros en la que cada pieza es única, y está realizada con un material que ellos mismo erosionan. Tornasol Studio son dos madrileños, Inés Llasera, diseñadora industrial de 24 años y Guillermo Trapiello, arquitecto de 34 años que trabajan entre su oficina de Madrid y su taller en Trujillo.
Tornasol Studio acaban de restaurar un antiguo secadero en el campo de Trujillo y lo han convertido en su “templo”. De ahí salen todos sus objetos que comienzan como simples maquetas. Guillermo e Inés se inspiran en los oficios y tienen una especial fijación por los materiales. Utilizan los recursos de la naturaleza como parte del diseño, desde el aire en su colección Formas de Volar, hasta el agua o el sonido. Su trabajo se basa en la interacción entre diseño y naturaleza y entre el usuario y sus piezas. Juegan con los materiales y simulan en su taller como se comportan. Tornasol Studio es un estudio transversal y multidisciplinar. Son diseñadores de producto, pero también realizan trabajos de restauración, instalaciones en espacios rurales o proyectos de arquitectura. En todos consiguen fusionar tradición y tecnología, buscando hacer todos los procesos sostenibles dentro de sus posibilidades. Su último proyecto está inspirado en las cometas y utiliza el viento como elemento de diseño. Esto es lo que nos cuentan sobre ellos.
Erosion de Tornasol Studio. Un grupo de obejtos entre la escultura y los útiles domésticos realizados en pumita, un tipo de acero, en la que aceleran el proceso de erosión con técnicas mecánicas.
¿De dónde venís?
Inés: Soy diseñadora de producto con un enfoque intuitivo y experimental, mi trabajo se centra en el estudio de las cualidades materiales y los procesos de producción. He desarrollado proyectos en interiorismo, diseño de producto, mobiliario y textil.
Guillermo: A parte de de ser arquitecto y trabajar como cartógrafo, en paralelo, he dedicado los últimos años a investigar sobre oficios artesanos y nuevas tecnologías de fabricación, buscando cuáles pueden ser las conexiones entre ambos mundos. Podría decirse que Tornasol Studio es la intersección entre las formaciones, inquietudes y experiencias de los dos. Abarcamos diversas escalas y creemos en el cruce de disciplinas como forma de conocimiento.
¿Dónde y cómo nació Tornasol Studio?
Empezamos a trastear con herramientas hace tres años, en aquel entonces, los dos teníamos especial curiosidad por construir cosas y aprender de la práctica, después de colaborar en varios proyectos y al cabo de no mucho, acabamos compartiéndolo todo, estudio incluido. El interés común por los oficios, la naturaleza y la fascinación por los materiales hizo que montar oficina conjunta fuera un proceso natural.
¿Trabajáis entre el campo y la ciudad, como dividis el tiempo?
Nuestro estudio se divide en dos: el taller en Trujillo y la oficina en Madrid. En el taller investigamos y materializamos nuestros proyectos, y en la oficina, llevamos la parte más estratégica del estudio. Esto también nos permite estar vinculados a artesanos y diseñadores tanto de Madrid como de Extremadura.
Formas de Flotar, Tornasol Studio. Una colección de cometas en distintos materiales que fomentan la conexión con la naturaleza.
¿Qué necesitáis tener en vuestro entorno para trabajar?
Nos gusta rodearnos de libros, objetos, materiales, herramientas y maquetas, que juntos, funcionan a modo de muestrario, tanto de recuerdos como de oportunidades.
¿Cuál es vuestra filosofía?
Aspiramos a hacer proyectos en los que se establezcan relaciones emocionales a través de la percepción y los sentidos. Creemos en aquello que decía Franz Hessel de que solo vemos lo que nos mira. Nuestro diseño se centra en el estudio de fenómenos naturales y la relación con los usuarios: luz, sonido, movimiento, materialidad, color, escala y proporción.
Vuestro último proyecto refleja muy bien vuestra filosofía, Formas de Flotar…
Como en otros proyectos propios, intentamos fabricar un enunciado que se salga de lo convencional, buscamos hacer objetos muy personales pero que a la vez conecten con los deseos colectivos. A los dos siempre nos han fascinado las cometas y era algo que queríamos hacer juntos desde el principio. Formas de Flotar ha sido una oportunidad para poner al límite nuestra capacidad como diseñadores y trabajar con elementos tan potentes como el viento, el sonido o la luz.
Taller de Tornasol Studio, un antiguo secadero que ellos mismos an restaurado en la Sierra de los Lagares. Un espacio autoconstruido con materiales como el corcho, la madera de olivo o el barro.
¿Cómo veis el futuro del diseño de producto?
Vivimos en un momento de efervescencia donde abundan la creatividad y el talento. A diferencia de otros tiempos, y sobre todo en el caso de España, el panorama del diseño de producto es más rico y diverso, ya no se trata tanto de un diseño industrial especializado, vemos como nuestra disciplina cada vez es más transversal y se empieza a nutrir de otros mundos que hasta ahora nos eran ajenos: arte, humanidades, alta tecnología… Dicho esto, también creemos que el diseño, hoy más que nunca, debe sustentarse en el respeto a la sociedad y el medio ambiente.
¿Cómo es vuestro proceso de trabajo desde el inicio hasta la producción de un producto?
Nuestro proceso de trabajo se parece bastante a la cocina, basamos nuestra práctica en la experimentación, aprendemos del ensayo y error: guardamos lo que nos interesa y desechamos lo que no. En primer lugar trabajamos estrechamente con nuestros clientes para definir el enunciado. En este punto, buscamos referencias, materiales, técnicas y herramientas que nos ayuden a darle cuerpo a la propuesta, ya sea un objeto o un proyecto arquitectónico. Una vez hacemos la estrategia del proyecto y planeamos su ejecución, solemos fabricar maquetas o prototipos en el taller, en algunos casos son los definitivos, y en otros, se completan en otros talleres.
¿Un proyecto especial, que os haya marcado por alguna razón?
La construcción de nuestro taller seguramente haya sido nuestro proyecto más importante, por lo menos a nivel personal. Pudimos experimentar con técnicas de allí y diseñar el espacio a medida que se iba construyendo. Fue el caldo de cultivo de lo que somos ahora y el origen de Tornasol. Es como un templo para nosotros.
Arriba. Mesa Pilarica, con una estructura de acero plegable y desmontable y sobre de madera.
Trabajáis y colaboráis con distintos talleres y artesanos ¿cómo surgen estas colaboraciones?
Nos gusta viajar, conocer y aprender de otras personas, casi siempre estas relaciones tienen origen en la curiosidad y en la amistad.
¿Cuáles son los proyectos que más os gusta producir?
Aquellos que supongan un reto para nosotros.
¿Qué es lo que os inspira?
Tenemos muchas fuentes de las que beber. Viajes, naturaleza, ciencia ficción… nos atraen mucho los lugares (físicos o no) en los que se cruzan usos, situaciones o realidades de formas atípicas, lugares desde los que cuestionar nuestra forma de ver el mundo.
Cosas que aprendimos en el campo es un proyecto en proceso en el que hacéis fotos de la naturaleza que os sirven de inspiración, también tenéis muchas piezas diseñadas con procesos artesanales y experimentales como Erosión o Cuerpos de Agua. ¿qué significa el campo para vosotros?
Para nosotros el campo es el cultivo, la construcción, la búsqueda de materias primas, la experimentación, el conocimiento artesano, la cocina, las estrellas, la naturaleza. Erosión es fruto de un hallazgo que solo hubiera sido posible en el campo. Una mañana dando un paseo, encontramos una roca que parecía ser volcánica en un entorno formado solo por pizarra y granito. Decidimos meterla en nuestro torno de madera a ver qué pasaba y, para nuestra sorpresa, resultó ser un material mucho más estable que la madera y que nos permitía hacer geometrías que con la madera sería imposible, fue todo un descubrimiento. Finalmente conseguimos identificar el material e hicimos una producción de cien piezas a medio camino entre la escultura y el objeto doméstico.
Arriba. Sillón de Estar. Abajo. Silla Tornasol . Dos diseños de Tornasol Studio.
“Defendemos que todo lo que nos rodea es susceptible de ser diseñado”
¿De qué forma son sostenibles vuestros diseños?
Intentamos, en la medida de lo posible, trabajar con materiales locales o que minimicen su huella ecológica, en ocasiones usamos restos de stock, retales, residuos o materiales reciclados entre otros.
¿Qué le recomendáis a alguien que quiera dedicarse al mundo del diseño de producto?
Que busque maestros y que aprenda de ellos. Que vea muchos tutoriales de Youtube.
¿En qué estáis trabajando ahora?
Estamos haciendo una reforma de una vivienda en el campo y preparando nuestra primera expo de objeto en solitario. Estamos diseñando una familia de objetos y muebles que giran en torno a lo cotidiano. Reinterpretamos básicos del día a día como lámparas, mesas, sillas y bancos en los que incorporamos nuestras investigaciones del último año. La propuesta consiste en una serie de objetos divertidos y funcionales inspirados en la idea de arquitectura total, defendemos que todo lo que nos rodea es susceptible de ser diseñado. Dónde y cuándo, es sorpresa.
Totem, escultura-objeto de Tornasol Studio.
Diseñadores de referencia: Así, a lo loco: Fuller, Aalto, Noguchi, Los Eames, Jean Prouve, Fukasawa, Milá, Jasper Morrison, Nendo, Los Bouroullec, Philippe Malouin, Tomas Alonso, Max Lamb, Tomás Saraceno, Apparatu, Soft Baroque, Jochen Holz, Pablo Limón, Antón Alvarez, Tezontle Studio, Maio y Kutarq.
¿De estos con cual os sentís más identificados?
Si tuviéramos que quedarnos solo con uno, sería Max Lamb. Es un gran referente actual de diseñador/maker, de aprender a través de hacer. Lleva a cabo sus ideas con una naturalidad asombrosa y es tan directo con su obra que no necesita de textos para transmitir lo que busca. Esa inmediatez sea posiblemente una de las cualidades más difíciles de conseguir en el diseño.
Materiales favoritos: Casi todos.
Grupo de música: Parcels
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www.tornasolstudio.com
IG: @tornasolstudio
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Guillermo Trapiello & Inés Llasera, Tornasol Studio.
