Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es pocoComo no podía ser de otra manera, el próximo 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, se estrena Tiempo después, la que supone la cuarta entrega de la saga “amanecista” de José Luis Cuerda.

Tiempo después. Y tanto. Cuando ya nadie se lo esperaba. Miles de años después en la ficción, que transcurre en el 9177 (“mil años arriba, mil años abajo, que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias). Y 30 después de Amanece que no es poco (se rodó en 1988, aunque se estrenó un año después) en la vida real. O más bien 23 después de Así en el cielo como en la tierra (1995), la que hasta el momento era la tercera y última entrega de la saga “amanecista” que José Luis Cuerda inauguró en 1983 con el telefilme Total.

Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es poco

Cuerda recupera por supuesto los ingredientes marca de la casa. En primer lugar, un reparto coral y sobredimensionado donde toda una nueva generación de actores y comediantes se pegan el gustazo de participar en una saga a la que rendían culto: Blanca Suárez, Roberto Álamo, Antonio de la Torre, Carlos Areces, Nerea Camacho, Secun de la Rosa, Manolo Solo, Joaquín Reyes, Raúl Cimas, Miguel Rellán, Martín Caparrós, Berto Romero, María Ballesteros, Pepe Ocio, Daniel Pérez Prada, César Sarachu, Luis Perezagua y Arturo Valls (que además produce junto a Félix Tusell). Más un sinfín de cameos acreditados al final del filme.

Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es poco

También repiten algunos de los nombres que ya formaban parte del universo “amanecista”, como Miguel Rellán como guardia civil, Gabino Diego como rey o Saturnino García como pastor.

Vuelven las frases lapidarias

En segundo lugar, un guion a base de frases lapidarias, humor absurdo y surrealismo como mejor método de analizar las bondades y miserias de la España profunda. La de la posguerra, la del pueblo de nuestros padres, la de los ricos y los pobres. Pocos lo han hecho con tanta inteligencia.

 

Vuelven las divagaciones sobre el mundo de las ingles, las sopranos amenizando locales públicos, las comparaciones entre ovejas y humanos, las parejas de la Guardia Civil, las minorías étnicas, los bares, las iglesias… Los seguidores de la saga verán colmadas sus ansias de guiños a los otros tres títulos.

Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es poco

Tiempo después: Pasado, presente y futuro

No obstante, esta vez Cuerda parece ir un paso más allá, atreviéndose a hacer de Tiempo después toda una sátira sobre la lucha de clases. Un futuro postapocalíptico que bien podría haber ocurrido en los años del hambre, donde los parados que viven en el poblado de chabolas del bosque se revelará contra la privilegiada burguesía acomodada en el Edificio Representativo, único inmueble que ha sobrevivido al paso del tiempo.

Una historia donde se mezclan elementos del presente, el pasado y el futuro. Y donde la juventud no queda en muy buen lugar, mostrada como una generación insolidaria, apática e incapaz de reaccionar ante los problemas sociales que tiene delante.

Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es poco

Las principales novedades: las localizaciones y la puesta en escena. Por primera vez, la acción no transcurre en un pueblo, sino entre el edificio y las chabolas. Pero tranquilos, que no faltarán parroquias, rebaños ni tascas.

Respecto a la puesta en escena, Cuerda no renuncia a las ventajas tecnológicas que han aparecido en todos estos años. No ha perdido el norte, no estamos ante un intento de hacer Los Vengadores 5. Pero sí que aprovecha para meter efectos especiales y, de paso, modernizar los decorados. Tal y como explica en el making of el director de arte, Pepe Domínguez del Olmo, una suerte de mezcla entre Mortadelo y Filemón y Mad Max.

Tiempo después, la nueva secuela de Amanece que no es poco

El resultado es una cinta 100% Cuerda. No defraudará a sus seguidores, y descolocará al resto del personal como es lógico. Malo sería que no lo hiciera. Todo rematado con una canción de Joaquín Sabina compuesta para la ocasión. ¡Vaya sindiós!