Nora Turato se ha convertido en poco tiempo en la voz de la nueva generación artística. Y cuando digo “voz” quiero decir en el altavoz distorsionado y estridente, radical y deformado, del discurso conectado, fragmentado, inacabable de la era de post-internet saturada de whatsapps, links, gifs, publicidad y eslóganes políticos.
Imagen superior: Opening night, performance, solo exhibition Galerie Juliette Jongma, 2017. Courtesy of the gallery.
Asistir a una performance de Nora Turato significa confrontarse frontalmente con el sonido acelerado y superficial de las nuevas tecnologías, con la logorrea indescifrable y enriquecedora de unas palabras que parecen vomitadas más que declamadas, un discurso cuyo ritmo y melodía funcionan como un montaje rapsódico del bombardeo continuo de problemáticas sociales y personales que recibimos a diario. A medio camino entre el teatro, el spoken word, el rap, la performance y la conferencia dramatizada, su trabajo ha sido descrito como “el monólogo interior de la generación millenial”, un reflejo del “estado continuo de atención parcial” –nacido de las nuevas tecnologías- o la reivindicación de una voz femenina demasiado tiempo censurada y simplemente calificada de “histérica”.
Opening night, performance, solo exhibition Galerie Juliette Jongma, 2017- Courtesy of the gallery
Y lo cierto es que hay un poco de todo en el trabajo de Nora Turato, joven artista nacida en Zagreb y residente en Amsterdam. Una frescura, un alivio en el uso que hace de las referencias, la libertad de formatos y tonos y la inconsciencia con la que parece ofrecer una versión del monólogo de Stephen Dedalus versionada por un adolescente del 2018 adicto a Instagram y a los bailes del Fortnite. Sus performance se presentan como largos discursos ininterrumpidos en los que Turato parece presentar un mash-up psicodélico y enciclopédico -algo así como un film de Godard versionado por Dolan e interpretado por Desiigner– de pensamientos digitales encontrados en su muro de Facebook, eslóganes de auto-ayuda o anuncios de Gmail. Y lo hace con un tono sorprendente, que varía del histrionismo más radical a la neutralidad más robótica, de aires poéticos y musicales, definitivamente hipnótico y adictivo, que abre la palabra a su indudable materialidad mediante el ritmo, la repetición, la dureza o los juegos de métrica y sonoridades.
Nora Turato, Pool 2 (2018). Images from the opening of “Pool 2” at UKS (Unge Kunstneres Samfund / Young Artists’ Society), Oslo. Courtesy of the artist and UKS. Photo credit: Jan Khür.
Pensamos en el rap, en recitales de poetas antiguos, en monólogos incomprensibles de youtubers, pensamos en muchas cosas pero sobretodo en el poder que aún tiene el lenguaje hoy en día. Un lenguaje que se ha transformado, que Nora Turato nos obliga a mirar en una ola de frases y sonidos, rimas y absurdidades que no hacen más que recordarnos que eso, lo que ella recita o sublima, son las banalidades que oímos todos los días. Una relación desenfadada con la lengua metálica y funcional de la generación meme, donde la obsolescencia de las palabras convive con un sonido crudo e implacable, sin aditivos ni florituras, un alegato a capela donde resuena el vocablo seco y rudo, sacada de contexto, y donde se dibuja la sombra de una comunicación obstruida.
Images from the opening of “Pool 2” by Nora Turato. All photos by Jan Khür
Images from Nora Turato’s performance on 30 September 2018. All photos by Jan Khür
No es un punto menor que Nora Turato realice a menudo estas actuaciones -creo que el término performance no es suficientemente preciso– en lugares silenciosos y/o cargados de simbólica institucional como fue el caso en el Oratorio San Lorenzo de Palermo este verano para Manifesta 12 -Im Happy to Own My Implicit Biases, 2018- o en el Old Operating Theatre de Borough, y a menudo vestida de un elegante vestido Balenciaga y unos tacones altos, como una forma también de reivindicar su presencia como mujer y su personaje de oradora. “Tengo la sensación de que los hombres siguen sin ser capaces de escuchar a una mujer 25 minutos seguidos sin abrir la boca”, explica Nora Turato. Jaque mate.
to scrrooll. 2018. Silk scarf © Copyright LambdaLambdaLambda 2018
Algunos ven su subversión en el tono rocoso y decidido de su voz, otros en las frases que dice- “Sentiment is ok, sentimentality is not” – “Multiple partners? In this economy?…”- o en el uso franco y provocador de sus gestos y su cuerpo. Lo cierto es que hay un poco de todo. No es casualidad que Nora Turato venga de la música punk underground, una escena con la que mantiene muchas conexiones, y que haya estudiado diseño gráfico en la prestigiosa Rijksakademie. Algo que se puede ver también en sus magníficos trabajos recientes, pósteres, pañuelos o vinilos impresos en los que juega con la tipografía y el diseño clásico de los paquetes de tabaco mezclados con las frases de sus monólogos. Un trabajo polifacético. Una artista a seguir y que -sin malos juegos de palabras- va a dar mucho que hablar.