Un trabajo de reforma e interiorismo es lo que ha hecho el estudio Nodopía con este restaurante de 165 metros cuadrados ubicado en un pueblito de Madrid. Sus autores reconfiguraron todo su espacio modificando su distribución pero respetaron los elementos estructurales. El restaurante se llama Carmelo y está en Villarejo de Salvanés. Hablamos con Victor Lledó y Juan José Pérez Moncho los fundadores del estudio.
¿Dónde está ubicado el restaurante?
El Restaurante Carmelo se encuentra en una pequeña población de Madrid, Villarejo de Salvanés. El objetivo de los propietarios era ofrecer a los habitantes de la pequeña población la posibilidad de disfrutar de un buen restaurante sin necesidad de desplazarse hasta Madrid, reivindicando que la buena cocina y la buena arquitectura también puede darse en entornos rurales. Como proyectistas nos pareció un encargo muy interesante, un proyecto que nos incitó a buscar en la tradición local y familiar de los propietarios del restaurante para reinterpretarla de una manera contemporánea pero sin perder su esencia.
¿Cuál fue el briefing que dio el cliente a Nodopía?
El restaurante ya existía. Es un negocio familiar que ha ido pasando de padres a hijos. El actual propietario, Agustín, lo recibió de su padre hace unos diez años, y junto a su mujer, Ana, decidieron que era momento de darle un nuevo enfoque. Cuando contactaron con nosotros tuvimos mucho feeling con ellos. Nos transmitieron conceptos que iban más allá de aumentar el número de comensales y nos explicaron que querían que su cocina fuera saludable pero tradicional, utilizando materia prima de calidad de los agricultores y negocios del entorno.
¿Qué capacidad de comensales tenía antes de la reforma y actualmente?
El funcionamiento del local era muy poco práctico. El espacio se encontraba dividido por un tabique que separaba la zona de bar del restaurante, pero la barra estaba sobredimensionada, dotando al local de mucha superficie de bar y poca de restaurante, donde podían comer tan solo unas 24 personas distribuidas en seis mesas de cuatro personas, además, muy próximas entre sí. La cocina tenía una distribución muy compleja y los baños se encontraban en mitad del local, lo que condicionaba mucho su distribución. Los espacios de almacenaje (neveras, congeladores, etc.) se encontraban alejados de la cocina, debiendo atravesar el local para llegar a ellos a través de un patio trasero que se utilizaba como almacén.
Para solucionar estos problemas la nueva distribución se centra en ampliar la superficie del restaurante, dotándolo de 30 mesas en las que pueden comer hasta 60 comensales, sin que la zona de bar pierda protagonismo, manteniendo dos mesas altas y una zona de barra más singular. Para optimizar la superficie del local se crea un almacén que conecta y une los espacios a los que sirve (cocina y barra), se desplaza el baño a un lugar más discreto, se redistribuye la cocina para aprovechar mejor su superficie y, como uno de los puntos principales de la propuesta, se pone en valor el patio trasero, que hasta ahora estaba condenado a ser un espacio de almacenaje muy descuidado, convirtiéndolo en el protagonista de la propuesta.
¿El tipo de carta que tiene el restaurante? ¿Está relacionada con la estética del mismo? Creemos que la carta del restaurante y la arquitectura se han influido mutuamente. Desde un principio los propietarios nos transmitieron la idea de la cocina que querían elaborar en su restaurante, una cocina sana y tradicional. Desde Nodopía se tuvo en cuenta en la intervención utilizando materiales tradicionales, saludables y atemporales. Una vez finalizada la propuesta, el chef elaboró algunos platos inspirados por los materiales utilizados como la cuerda o la cerámica.
¿Qué mobiliario/marcas/modelos habéis utilizado?
Para las sillas optamos por un clásico, la Wishbone CH24 que diseñó Hans Wegner en 1950 combinándolas con el sillón Clyde de Maison du Monde y el taburete Nilson. Las mesas son de diseño propio. Y las lámparas son el modelo Baobab de Ineslam.
¿Habéis trabajado el tema del confort acústico?
Somos conscientes de que la acústica en un restaurante es un tema muy importante, pero además, en este caso, los propietarios querían ofrecer la posibilidad de celebrar conciertos en el interior del local, por lo que prestamos especial atención al confort acústico. El falso techo del restaurante está formado por un revestimiento acústico de virutas de madera. Ahora, cada viernes se dan cita músicos locales y de las poblaciones cercanas.
Las lámparas son todas con bombillas vistas ¿son LED o de filamento? Son bombillas LED de filamento dimeables para poder regular la intensidad.
¿Cuánto tiempo tardasteis en acabar el proyecto, desde primeras reuniones con el cliente hasta la apertura?
La verdad es que es un proyecto que tuvimos que realizar bastante rápido, ya que los propietarios querían optar a una subvención para la cual se tenía que entregar toda la documentación un mes después de la primera reunión. Con esa documentación solicitamos las licencias necesarias para comenzar la obra, y se la enviamos a varias constructoras para que los propietarios pudieran comparar varios presupuestos. La obra comenzó tres meses después de la primera reunión con los propietarios y duró otros tres meses.
¿Cuánto costó la reforma por metro cuadrado en este proyecto?
En este caso, al ser una reforma integral en la que se renovaron completamente la cocina y las instalaciones, el metro cuadrado salió alrededor de 1.000 €/m2 más el interiorismo.
En el interiorismo mezcláis elementos muy rurales/tradicionales como los suelos, elementos de forja, esparto con otros elementos más modernos como plantas tropicales, mobiliario y lámparas con look escandinavo ¿esa mezcla a qué se debe?
Nos gusta mucho utilizar materiales tradicionales tratados de una manera contemporánea, investigar sobre las nuevas posibilidades que pueden tener ciertos materiales que se han utilizado toda la vida en la construcción. En este caso, por ejemplo, utilizamos un elemento tan cotidiano, y por lo general oculto, como el ladrillo panal. Este elemento es el típico ladrillo con perforaciones en su tabla con el que se hacen los tabiques que luego se revisten con mortero o se trasdosan con pladur. En esta obra decidimos dignificarlo creando una celosía en el patio que dejara visto este ladrillo, pero además, sus perforaciones eran perfectas para dejar caer el agua del pozo que se encontraba debajo del patio y refrescar el ambiente de una manera sostenible y eficiente. Si se establece un buen diálogo entre este tipo de elementos tradicionales con otros más modernos, y somos capaces de aplicar nuevas técnicas para dotarles de nuevos usos, el resultado puede ser útil y muy atractivo, ya que evoca tradición y modernidad al mismo tiempo.
También hemos integrado en el proyecto dos materiales tradicionales que proceden de la historia familiar de los propietarios: la cuerda, trabajada por el abuelo de la propietaria y las cucharas de madera de boj, que debía utilizar su padre por una alergia a productos metálicos. Estos materiales tradicionales dialogan en un estudiado equilibrio con otros materiales más modernos, necesarios para el correcto funcionamiento del local, como el Silestone para la superficie de la barra, paneles acústicos de virutas de madera, o el hormigón pulido para el pavimento interior.
¿Hace cuánto tiempo montásteis Nodopía?
Nodopía comienza su andadura en 2014, cuando ganamos un concurso para un festival de instalaciones artísticas urbanas en Abrantes, una pequeña población portuguesa. Esa experiencia nos dio la energía necesaria para montar un estudio de arquitectura en un momento en el que era una temeridad, con el sector prácticamente parado por la crisis y donde parecía que la opción más lógica era irse fuera. Decidimos intentarlo y luchar contra viento y marea para sacar el estudio adelante. Tras cuatro años, el estudio va mejor que nunca. Además de los proyectos que ya teníamos abiertos nos están entrando muchos muy interesantes, desde reformas a viviendas unifamiliares de nueva planta.
¿Qué edad tenéis los dos fundadores?
Tenemos 33 años. Somos de una generación que empezó la carrera en el 2003, con un futuro prometedor por delante, donde en tercero de carrera te contrataban estudios de arquitectura con salarios muy generosos sin haber cursado prácticamente la mitad de los estudios porque había mucho trabajo. Al terminar la carrera, nos encontramos un panorama complicado, donde conseguir un buen trabajo de arquitecto era una quimera. Por suerte salimos adelante y aprendimos a valorar por igual las pequeñas intervenciones como las grandes obras.
¿De dónde sois?
Somos de la Comunidad Valenciana, concretamente de Valencia y Alicante, aunque hemos vivido en Alemania, Chile, Pamplona, Bilbao y Madrid, lo que nos permite tener un alcance y una visión más global de la arquitectura, sin renunciar ni esconder nuestros orígenes: la arquitectura mediterránea.
¿En qué escuela estudiasteis?
Estudiamos la carrera entre la Universidad Politécnica de Valencia, la RTWH de Aachen de Alemania y la Escuela Técnica Federico Santamaría de Valparaíso, Chile. Luego cursamos un máster en Madrid. Actualmente nos encontramos a caballo entre Madrid y la Comunidad Valenciana.
¿Hacia dónde va el interiorismo desde vuestro punto de vista?
Siempre hemos concebido el interiorismo y la arquitectura como un mismo trabajo, dos escalas de un mismo espacio que deben ir de la mano y concebirse conjuntamente, para que se creen sinergias entre ambos. Por ello, cuando empezamos cualquier proyecto les proponemos a los propietarios trabajar el proyecto de interiorismo desde el comienzo, pensándolo en paralelo a la arquitectura.
¿Qué arquitectos admiráis?
Nos gustan los arquitectos que han sabido reconocer la grandeza de los pequeños objetos y han pensado sus obras desde la gran escala hasta la más íntima, diseñando piezas de interiorismo personales en cada una de sus obras como Jose Antonio Coderch, Arne Jacobsen o Charles y Ray Eames.
Un modelo/marca de lámpara y silla que os encante y que queráis incorporar en proyecto futuro
La lámpara Disa de Coderch y la silla CH07 de Hans Wegner
Reforma Restaurante Carmelo
Año: 2017
Emplazamiento: Villarejo de Salvanés
Arquitectura e Interiorismo: Nodopía, Arquitectura y Diseño
Colaboradores: Tono Lledó, Eva Lucas Segarra, Cayetano Holguín
Promotor: Restaurante Carmelo
Constructora: Procolonsa S.L.
Fotografías: Eugeni Pons
Productos: Cerámicas Arcís (ladrillo artesanal y ladrillo panal)
Alteret cerámicas (azulejos artesanales)
Cuerdas Valero
Carpintería Duet
Culleres Bauzo (utensilios de cocina artesanales)
Fotografías de Eugeni Pons