El Yogur está de moda, incluso entre las personas con problemas para digerir lactosa. ¿Por qué? ¿Quién ha creado la tendencia?
El pasado fin de semana me di cuenta de que el yogur está de moda. La alarma de las tendencias saltó cuando un fotógrafo se auto-invitó a pasar el fin de semana en mi casa, a 40 kilómetros de Madrid, cerca de un pantano, con piscina comunitaria, y 5 grados menos que en el centro de la capital. Cuando fui a hacer la compra de la semana, el viernes por la tarde, le pregunté: “¿Hay algo que no comas?”. Y solo me hizo una restricción: “Tengo problemas para digerir la lactosa”.
Así que hice la compra habitual, salvo un poco de avituallamiento extra para el finde. Lo curioso fue que el lunes por la mañana ya no quedaba ni uno de los yogures que había comprado para toda la semana. Y eso me descolocó un poco: ¿Si mi amigo tenía problemas para digerir la lactosa, ¿quién se ha comido todos los yogures? ¿Me los olvidaría en el carrito de la compra? ¿Es un caso de Expediente X?.
Me gusta mucho el yogur, lo suelo tomar para desayunar, con cereales, o para cenar, con fruta. Y estoy empezando a experimentar el yogur con productos salados, como contrapunto. Mi amigo, el fotógrafo de moda, que por respeto omitiré el nombre, me había dejado sin mi aprovisionamiento semanal de yogures. Así que, durante el camino de regreso a Madrid, le pregunté: “¿Pero tú no tenías problemas para digerir la lactosa?”
– Sí -me respondió tan fresco-
– ¿Y entonces? ¿Por qué te has zampado todos los yogures? -le increpé, un poco mosqueado-
– Sí, pero no tengo ningún problema con los yogures -comentó con toda naturalidad-
– ¿Y cómo es eso? -volví a cuestionar incrédulo-
– Pues porque es como cuando una oruga se convierte en mariposa -me empezó a explicar el fotógrafo de moda, convertido de repente en naturalista y experto nutricionista- El yogur aunque tiene leche, tiene muy poca lactosa.
– ¿Y eso? -le pregunté sin llegar a entender.
– Pues porque el yogur es leche y fermentos, y estos se zampan casi toda lactosa, incluso cuando están dentro de ti. Son muy guay -Me aclara mi amigo el fotógrafo-
– Lo llego a saber y compro más yogures -Le respondí y cambiamos de tema, aunque yo seguía con el yogur en mi cabeza ya que tendría que ir a comprar más antes de volver a casa por la noche.
Ese mismo día, a modo de bienvenida de la nueva temporada, fui a varías presentaciones de prensa en showrooms y agencias de comunicación. En estos eventos suele haber un catering muy trendy. En esta ocasión, me percaté de que en todos se incluía una amplia variedad de yogures, siempre servidos en vasos minúsculos y con diferentes combinaciones creativas: gastronómicas y cromáticas. “Aquí está claro que hay una tendencias -pensé- y un artículo”.
Pero mi curiosidad quería más. ¿De dónde viene esta tendencia? ¿Por qué se pone de moda el yogur? Por un lado tenía un síntoma claro: tengo comprobado que los fotógrafos de moda son los primeros en detectar una tendencia, ellos, junto a rr.pp. editores y estilistas, son los primeros early adopters. Si todos ellos toman yogur es que está de moda. Pero, ¿por qué?
En primer lugar, como producto, el yogur es bueno. A poco que googlees, además de encontrar a Lindsay Lohan y Miley Cyrus comiéndolos, descubrirás todos sus beneficios. Por si te quieres ahorrar el trabajo, aquí te colgamos un video de la youtuber Sylvia Salas donde explica que las personas con problemas para digerir lactosa pueden comer yogur y el por qué.
Como muy bien explica Sylvia, los inconvenientes de la lactosa suelen desaparecer cuando la dosis es pequeña. Un yogur contiene solo 4 gramos de lactosa. Esa pequeña cantidad, como azúcar natural no añadido, se transforma automáticamente en energía necesaria… Por no hablar de que supone un aporte sano y natural de calcio, vitaminas y proteínas. Y encima está muy bueno.
Pero ya sabemos que para que algo se ponga de moda no basta con que sea bueno, o sano. Siempre hay algo más. Y la raíz de todo puede que esté en la música, como ocurre en casi todas las tendencias surgidas a partir de los años 50 del siglo XX. Los artistas, con sus canciones y sus videoclips son creadores de pautas de comportamiento con millones de seguidores. ¿Habrá ocurrido lo mismo con el yogur que con los pantalones de pitillo negro con agujeros en la rodillas?
Buscando en los archivos, aparte de la portada de Pink Floyd con la madre de todo, la gran vaca súper famosa de su disco Atom Heart Mother, nos encontramos un tema de 2014 que podría tener algo que ver en este boom. Se trata de la canción “Yoghurt”, con casi 9 millones de reproducciones en youtube. El tema es de Yivis, un dúo noruego compuesto por 2 hermanos que mezclan el pop con el dance y la comedia. El tema es muy pegadizo y repite más de 20 veces la palabra “yogur”. Y no hace falta decir que casi todo lo escandinavo es tendencia. Y del 2015, nos encontramos también una bonita canción intimista, Eugene, del cantautor Sufjan Stevens donde habla de un yogur de limón.
Pero antes que ellos, el yogur ya aparece en muchos himnos de la cultura popular en todo tipo de géneros… desde el country con el Junk Food Junkie de Larry Croce en 1976… al indie de la banda estadounidense con la canción Bright Blue Tie… la lírica especial de Marina and The Diamonds con su tema Girls de 2010… o los sonidos oscuros de Marilyn Manson en su Obsequey de 2003… incluso en sonidos fronterizos como el del grupo estadounidense Voz de Mando con su tema de 2013 “El Yogurt”
Pero donde realmente triunfa el yogur es en las letras de los derivados del hip hop de más rabiosa actualidad, desde el rap al trap. Aquí las metáforas se nutren de la textura cremososa y proteica de yogur en todas sus acepciones. Ejemplos los encontramos en los estadounidenses Travis Barker (Devil’s Got a Hold), Lil Wayne (Jump Ziggy), Eminem (So Far…), Ab-Soul (Black Lip Bastard), Snoop Dogg (The Dog in Me), Keith Murray (What make a nigga think dat)… los italianos Dargen D’Amico (L’Aggettivo Adato), Coez aka Silvano Albanese (Le Luci della Città)… los españoles Violadores del Verso (Cantando)… el puertorriqueño Vico C (Yogurt)…
Ya ves, la moda del yogur también nos ayuda a entender cómo fermentan algunas tendencias.
