En plena transición a una nueva Plaza de España que será protagonizada por hoteles de lujo –el del edificio de la discordia eterna o el del megasolar adquirido por VP Hoteles, que todavía luce grúas-, el primero en estrenarse fue el hotel Barceló Torre de Madrid. Tenía la responsabilidad de estar a la altura de edificio tan simbólico, precisamente el rascacielos de hormigón más alto de su época con 142 metros, 37 plantas y una historia que arrancó en 1954 y que, cinco años después, tuvo en el saludo al presidente Eisenhower, entonces de visita en España, su verdadera presentación en sociedad. El edificio se fue a negro salvo para iluminar las letras de su apodo: Ike. Otros tiempos.
Restaurante Somos: vistas a una nueva Plaza de España
Imagen superior: el letrero del restaurante Somos
Imagen superior izquierda: vistas a la Gran Vía desde el restaurante Somos. Derecha: entrada a la sala privada del restaurante Somos
Así pues, había que visitar el nuevo hotel diseñado por Jaime Hayón –toda una garantía de aire fresco en la capital-, con la obligación de hacer paradas en el bar Garra de la planta baja y en el restaurante Somos, ubicado en el segundo piso. Hace tiempo que los clichés hoteleros están para acabar con ellos. La entrada al hotel toma contacto con una primera recepción que orienta al visitante para que éste tome el ascensor y descubra el restaurante arriba, a un lado de la recepción propiamente dicha. Esta distribución consigue salvar altura para ganar vistas y funciona además como cortafuegos para los huéspedes.
Y ya, por fin, el restaurante Somos, un comedor a lo Mad Men en donde las pinceladas del estilo algo fallero y kitsch de Jaime Hayón se diluyen en beneficio de un ligero art decó cañí. Comida aparte, a Somos se sube a contemplar. No los platos, casi es lo de menos, sino que lo importante son las vistas, el encuadre a toda cristalera de la calle Princesa, de la Plaza de España y, sobre todo, de la Gran Vía.
Imagen superior: primer plano del ceviche rojo de corvina
La filosofía de gestión del Grupo Le Cocó (Le Cocó, El Columpio y Random) se vale de estas mismas vistas urbanas que hipnotizan. Se presenta Somos como restaurante dual: Somos Day, Somos Night. Es decir, una propuesta de día, más contundente y castiza, y una nocturna, diametralmente distinta, más ligera y de influencias internacionales. El cambio de paisaje y de luces que acompaña a cada velada se lo permite.
Imagen superior: detalle de carrillera de cerdo ibérica teriyaki y cremoso de patata de jengibre
Juan Rioja es el chef que piensa para el día y la noche. Para comer: croquetas, alcachofa rellena de txangurro y caldo de marisco, callos a la madrileña, guiso de alubia blanca y pato, bacalao al pil pil… Para cenar, con una carta presentada en forma de compact disc: ceviche rojo de corvina, aguachile de vieira, bulgogi con ensalada picante de trigo tierno y pera… En ambas opciones, platos comunes: el rodaballo salvaje o la paletilla de cordero. Así como los postres: panchineta con salsa de chocolate caliente, peras con sangría, tatín de manzana, crocante de frambuesa y chocolate blanco y praliné de pistacho, y tarta de almendras con helado de amaretto.
Imagen superior: uno de los platos frescos del restaurante Sosmos
Conviene dar una oportunidad a la original carta de vinos, con referencias algo distintas a la media de Arribes del Duero, Jumilla o Madrid, o con caldos dulces de Lanzarote y Navarra. Por lo demás, los de paladar más exquisito no deben esperar delicatesen, el restaurante Somos salva el expediente en la mesa cuando lo extraordinario está fuera de ella. Una pena que, de noche, la iluminación del comedor provoque en los apantallamientos reflejos indeseados que empañan las vistas a la Gran Vía. Queda abrir la galleta de la fortuna con la que se obsequia al cliente y que esconde algún hito relacionado con el edificio. Anda, mira: Azul y Negro incluyeron “La Torre de Madrid” en su álbum de 1981. Por ejemplo.
Bar Garra: cócteles en una barra art decó
Imagen superior: vista del lobby y del bar Garra en el hotel Barceló Torre de Madrid
Un oso cebrado y colosal, tocado con sombrero de copa, ejerce el recibimiento al lobby y al bar como impactante imagen del hotel Barceló Torre de Madrid. Entre arcos clásicos y grandes retratos regionalistas –la fallera de turno, el cordobés, la chulapa…-, emerge dentro de la barra iluminada una columna botellero hasta toparse con un techo de espejo. Diseño estilizado y distinguido con profusión del dorado, el color del art decó. Garra parece la coctelería en la que King Kong se bebería un Manhattan.
Ramón Jiménez, el mismo de Random Madrid, oficia con simpatía y conocimiento como el bartender del bar Garra. Tequila y avellana; cava y bourbon; vodka, ginebra y kiwi… Cócteles sofisticados y con equilibrio. En su defecto, una copa imbatible de Veuve Clicquot Brut. Para no salir nunca del color dorado.
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Restaurante Somos
Plaza de España, 18, Madrid
Tel. 915 242 399
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