Una vez la sociedad a este lado de la modernidad superó aquello que se convino en llamar hombre metrosexual, la barba lo invadió todo. Las ciudades volvieron a sus hombres pilosos como si hubieran sido inoculadas con el virus del leñador prototípico. Sólo que en ellas los leñadores llevan maletín, dan patadas a un balón o se presentan a concejal. Tanta barba hay que cuidarla y el fenómeno de las barberías urbanas empezó a dar sus frutos. Compadre Barber’s Club llegó detrás y rizó el rizo. Porque puede y porque sabe.
El nuevo club masculino de Madrid: afeitado, cócteles y estética vintage
Imagen superior: terraza y entrada a la barbería de Madrid Compadre Barber’s Club
Imagen superior: sillón chester y cabeza de ciervo en el salón de Compadre Barber’s Club
La idea de este club masculino del siglo XXI -muy retro, eso sí- la tuvo Alejandro, cuyo abuelo y sus bigotes presiden la sala principal con un retrato en desgastado sepia. Este buen hombre fue diestro en el empleo de la tijera y la cuchilla y cuentan que llegó incluso a ser barbero del rey. A todo quisque le llamaba compadre y he aquí el nombre del nuevo negocio de su orgulloso nieto.
Imagen superior: vista del salón de la barbería de Madrid Compadre Barber’s Club
Compadre Barber’s Club abrió en un discreto inmueble del barrio madrileño de Chueca, algo desapercibido si no fuera por el reclamo de su terraza a pie de calle, con su bonita tipografía, su sillón de barbero y sus llamadas de atención: “afeitados impecables; cortes de calidad; barbas imperiales”. Si tu barba huele, entra compadre. Esto último lo decimos nosotros.
Imagen superior: sillones de barbero en Compadre Barber’s Club
En seguida el despistado y potencial cliente -sea hipster o no- descubrirá que la cosa no se queda en una simple visita al peluquero. Compadre Barber’s Club es tener una cita con el grooming estilo old school, con el acicalado más profesional y con los mimos faciales (mascarillas) y los que no son faciales (masajes, manicura, pedicura…) más tonificantes. Pero hay más. El amplio salón de barbería guarda espacio para una pequeña barra con taburetes que despacha cervezas heladas y cócteles clásicos. ¿Por qué ha tardado tanto en llegar esta fórmula mágica? Gracias, compadre.
Imagen superior izquierda: sillón de barbero a la entrada de Compadre Barber’s Club. Derecha: pasillo de entrada a Compadre Barber’s Club
Por si fuera poco, la noche de los jueves Compadre Barber’s Club baila a ritmo de swing con bandas en directo. Si hay quien no tiene bastante con un corte de pelo, un recortado barbudo, un Cosmo o una buena sudada por acción de contrabajo, puede echar una partidas en el billar de la planta baja, tapizado de tartán, o en la máquina arcade si es más de rememorar infancia.
Imagen superior: vista de la planta baja con billar en Compadre Barber’s Club de Madrid
¿Hemos comentado que el interiorismo es de Guille García-Hoz? ¡Acabáramos! Especialista en intercambiar capa antigua con moderna, el decorador madrileño ya firmó el diseño de Malayerba, la barbería de la Plaza del 2 de Mayo. Las barbas hípsters con él se lustran entre sillones chéster, suelos de terrazo, barras de futbolín, posters antiguos, recuerdos de la familia de Alejandro, un saco de boxeo, una cabeza de ciervo, rejas, una guitarra de doble mástil y hasta una moto. Compadre Barber’s Club es más que una barbería. Pero sobre todo es una barbería, por lo que todo tipo de utilería del oficio se expone a la venta en la entrada para que nuestras barbas ya nunca dejen de estar descuidadas.
Imagen superior izquierda: detalle de la barra de Compadre Barber’s Club. Derecha: moto y bajada a planta baja en Compadre Barber’s Club
Imagen superior izquierda: vista de planta baja en Compadre Barber’s Club. Derecha: detalle de saco de boxeo y máquina arcade
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Compadre Barber’s Club
Calle Infantas, 10, Madrid
918 320 183
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