Opinión Cine x Fernando Navarro

Mejor ser invisible

Escribir guiones no es ser escritor. Es escribir. Pero no ser escritor. Es hacer películas. Sin que nadie sepa que haces películas. Es estar. No estar. Mejor ser invisible. ¿Sigues queriendo escribir guiones?
Venga. Escribe todos los días. Un rato. Cinco páginas. Menos es de vagos. Más es de genios. Prueba por la mañana. ¿Tienes hijos? Prueba por la noche. Cuando todos duermen. ¿Tienes un trabajo que no te gusta y te jode no sacar tiempo? Escribe sobre ese trabajo. Saca tiempo y quéjate en un guión. ‘Seven’ la escribió un tío que odiaba su trabajo. La hizo para salir de él. Le salió bien la jugada.
Para escribir guiones está bien ver películas. Pero es mejor leer. Tu vas a usar palabras, no una cámara. Aprende sobre palabras. Querrás explicar lo que pasa en el folio. Querrás que se entienda todo. Pues lee, joder.
¿Un guión sobre qué? En las bodas siempre hay alguien que te dice: “¿Eres guionista? A mi se me ocurren cosas para hacer películas todos los días”. Escríbelas.
¿Un guión sobre qué? El tema da igual. Es casi más importante el género. Si estás pasando por un momento malo, escribe una comedia. Si la vida te sonríe, prueba con un drama. Te joden las comisiones del banco, una de atracos. Tienes miedo al futuro: haz ciencia ficción. Tu casa tiene ruidos por la noche. A escribir una de terror. Los temas son siempre los mismos. Se trata de darle un poco de vida a esos temas y que parezcan nuevos. O viejos pero con arte.
Piensa en los personajes. En cómo hablan. Es importante cómo hablan. Busca referentes que no sean de películas. De amigos sobre todo. O de cómicos. Los cómicos son rápidos. Ingeniosos. Saben usar el lenguaje. Los músicos. Los escritores. Esa gente habla bien. Y los que no hablan bien tienen personalidad. Mi charcutero es un personaje. Ya lo he metido en un guión. Me gusta la manera de hablar de gente como Tote King, Gloria Van Aerssen, Antonio Luque, Javier Rebollo o el cocinero Abraham García. Pon a los personajes a hablar como ellos.
Pero que no sea solo hablar. Que se muevan. Que tengan que ir de un sitio a otro y no sepan cómo ir. Que empiecen en una ciudad que odian y acaben en una que les gusta. Que siempre cambien de aspecto en la historia. Si empiezan limpios, que acaben sucios. Si empiezan sucios, que acaben con una ducha. Si tienen la nariz recta, que alguien se la parta de un puñetazo. Si la tienen ya rota, igual está bien que alguien les de un beso.
Escribir es reescribir. Igual que querer es volver a querer. Ahí sí que te lo vas a pasar bien. Reescribiendo. Pon música y pásatelo bien. Dale. Quita. Pon. Añade. Pon. Quita. Lee. Relee. Imprime el guión y tacha. Cómprate un lápiz para eso. Disfruta de los productos de las papelerías. Los lápices huelen bien. Sirven para tachar. Lee en un lugar distinto al que escribes. En un sofá cómodo. En la mesa de la cocina. En el dormitorio. Tacha. Relee. Reescribe.
Tienes que enseñar el guión. Enséñalo. Sobre todo a gente que sea muy cabrona y muy sincera. Hay gente así en el mundo. Por suerte. Tíralo a la basura. Es muy bueno. Puedes hacerlo mejor. Joder, me encanta. Buenísimo. ¿Qué es esta mierda? El segundo acto es flojo. Muy buen final. El arranque es malísimo. No hay personajes. Te van a decir de todo. Casi siempre tendrán razón. En todo. Aunque al final mandas tú, no te engañes.
Olvídate del rodaje. De los actores. De la película. Del estreno. Piensa en el dinero, vale. El dinero está bien. Con él se compra comida. Lola Flores decía: “A mi cuando me pagan hasta afino”. Vale. Que te paguen. ¿Pero sabes afinar?
Dedica un rato a pensar quién puede dirigir el guión que estás escribiendo. Es importante. El director se va a levantar a las siete de la mañana o va a empezar el rodaje a las doce de la noche durante unas ocho semanas. Tu no. Le van a faltar horas de sueño. A ti no. Pero tampoco pienses que son reyes. No lo son. No son reyes. Son de carne y hueso. Pero a ratos tienen más cojones que tú. Por eso son directores. Viva por ellos.
Lee tu guión una vez más. Y luego olvídate de él. Se convertirá en una película. Una película no es un guión. El guión es un mapa que te ayuda a llegar a un sitio. Pero allí te buscas la vida. Has diseñado un mapa. Eres un cartógrafo estupendo. Pero ahí se terminó tu trabajo. Se acabó. Date un paseo. Una buena comida. Unas cañas. Vete a un concierto. Vas al baño a echarte un poco de agua. Te miras en el espejo. Ves tu reflejo. Pero sigues siendo invisible.

——————————————————————————————————

Fernando Navarro: Guionista. Ha escrito para prensa, radio y televisión. Para cine ha escrito la adaptación del cómic ‘Anacleto: Agente Secreto’, y ‘Toro’, dirigida por Kike Maíllo, que acaba de estrenarse en cines. En fase de preproducción están sus dos últimos guiones: ’Muse, que dirigirá Jaume Balagueró, y ‘El Expediente’, un guión de terror que dirigirá Paco Plaza.

Foto: Green Chamaleon

——————————————————————————————————

Esta columna de opinión apareció en el número 146 de Neo2