Las 850 de New Balance regresan desde 1996 para escribir un nuevo capítulo de la historia de las zapatillas en 2020.
Si googleas 850, descubrirás 2 iconos de la cultura del siglo XX. Uno, es el Seat 850, un coche muy popular en la España de los años 60 y 70. El otro es mucho más internacional y contemporáneo. Hablamos de las zapatillas 850 de New Balance, una silueta que rompió esquemas de propios y extraños allá por 1996. ¿Y por qué? Pues porque New Balance desde sus orígenes, que se remontan a 1906, se ha posicionado en el mundo del deporte como la marca de zapatillas profesionales más elegante. Fiel a su espíritu independiente, ha estado por encima de las tendencias marcando siempre un estilo atemporal, pero cool. Discreto, sin estridencias. Aunque, de repente, en 1996 saca el modelo 850, una silueta mucho más desenfadada. De un primer vistazo, incluso costaba identificarla como una sneaker de la marca (no lucían la tradicional N en su lateral). Sin embargo, lo era. Y ahora está en su mejor momento, sale de nuevo de los archivos de la casa para vivir una segunda juventud en 2020.
¿Y cuál es el contexto en el que nacen las New Balance 850?
Pues imagínate, en los 90, la década de lo que ahora llamamos las “dad shoes”, unas zapatillas cómodas para los jóvenes que por fin habían sentado la cabeza y sacaban a la familia a dar largos paseos. Una silueta que, curiosamente, en el siglo XXI ha evolucionado en forma de hipérbole estilística hacia las famosas chunky de formas exageradas. Pero en 1996, en realidad, ningún joven que ansiara un look molón quería parecer el papa de nadie. Y justo en ese momento, como caídas del cielo, surgen las New Balance 850 hace 24 años.
Sin pretenderlo, el diseño original de las 850 se convirtió en una propuesta de moda de los 90 que ha llegado en plena forma a nuestros días. Fueron diseñadas como unas zapatillas de alto rendimiento para correr. Sin embargo, se convirtieron en una pieza clave en la estética juvenil de finales de los 90. Puede que la culpa la tuviera la persona que diseñó este modelo: Stephanie Howard, la diseñadora más joven que había en aquel momento en New Balance. Una visionaria, sin duda.
Las 850 originales reflejaban la corriente tecnológica de los 90 que se plasmaba en la aparatosa suela que caracteriza a las dad shoes. A pesar de eso, el diseño de Stephanie Howard dejaba muy claro que no eran unas sneakers para “papas” ni “mamas”. El upper, en malla y cuero, tenía una gran cantidad de elementos superpuestos creando una innovadora y juvenil silueta ondulada en multi capas que, además, permitía jugar con bloques de color. Todo esto supuso un cambio de chip en el diseño de zapas.
Además de por todo esto, las 850 también son míticas dentro de la historia de New Balance porque fue la primera zapatilla de la marca que prescindió de colocar la popular N en el costado como era lo habitual, en su lugar transformó el logotipo en las siglas NB y lo reubicó en la lengüeta y el talón. Otro dato importante es que este modelo fue catalogado como unisex, algo que por entonces era bastante avanzado. Todo esto son experimentos que solo las marcas independientes como New Balance se pueden permitir.
Y con todo este bagaje, las New Balance 850 presentan una nueva versión muy 2020. Siguen fieles a la mezcla de cuero y fibra sintética transpirable en la parte superior, y apuestan más por los juegos cromáticos con detalles superiores reflectantes, lengüeta moldeable y suela exterior de goma. Las encontrarás en NewBalance.es por 120 euros. Son más que unas zapatillas, son cultura.
