Esta tercera entrega de la 59ª Bienal de Arte de Venecia a partir del artículo publicado en la Neo2 número 180, está dedicada a los pabellones nacionales europeos.
Entre prohibiciones, Covid, guerra, un destacado pabellón nacional vacío, y por ende la ausencia de yates, la 59ª Bienal de Arte de Venecia presenta durante más de seis meses 80 pabellones nacionales y 30 eventos colaterales. Casi todas las muestras recuerdan la importancia de la creatividad y el asombro sin dejar atrás la conciencia y el compromiso social. En este episodio nos ocupamos de Kosovo y Dinamarca.
Siguiendo estos enlaces puedes leer el 1er capítulo de la serie, y aquí el 2º.
Foto de portada: Pabellón de KOSOVO, The Monumentality of the Everyday, Vista de la instalación. Foto: Andrea Avezzù
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
Esta 59ª Bienal de Arte de Venecia se ha visto profundamente influenciada por los sucesos actuales: bombas, intolerancia y violencia forman parte de nuestro día a día, desde la India hasta Palestina, pasando por Ucrania y varios paises africanos. Por eso muchos pabellones invitan a reflexionar sobre comunidad, género, decolonización o raza. Y también debido a esto, comenzamos el recorrido con el país más joven de la vieja Europa, Kosovo. Después, trazando una línea casi recta de sur a norte, nos desplazamos hacia la gélida Dinamarca.
Républica de Kosovo en la 59ª Bienal de Arte de Venecia
Tras sufrir una guerra a finales del siglo XX, entre 1998-1999, que puso fin al dominio serbio sobre la nación balcánica; la región se convirtió en protectorado de las Naciones Unidas, logrando fundarse en estado independiente solamente en febrero de 2008.
Foto de portada: Pabellón de KOSOVO, The Monumentality of the Everyday, Vista de la instalación. Foto: Andrea Avezzù
Kosovo situado en los Balcanes, que para los “occidentales” implica algo peligroso, un territorio desordenado, en estos momento acoge en su capital, Pristina, otra bienal, la nómada Manifesta. El casi recién nacido país, a pesar de estar en territorio europeo no está integrado ni en la comunidad europea y ni en la mundial. Actualmente es reconocido como estado soberano sólo por 98 (entre los que no está España) de los 193 miembros de Naciones Unidas, sin embargo cuenta desde 2013, en la 55ª edición de la bienal de con su propio pabellón. El primer artista elegido para representar a Kosovo fue Petrit Halilaj.
La monumentalidad del día a día
Para la 59ª Bienal de Arte de Venecia, el pabellón kosovar va sobre coser, tejer, anudar, tapizar… tender hilos, de todo tipo, es establecer conexiones. Esta metáfora recorre las deslumbrantes alfombras op-art que forman el pabellón del resurgido Kosovo. Titulado La monumentalidad del día a día, el artista Jakup Ferri presenta pinturas, bordados y alfombras en una exposición monumental que cubre por completo una plataforma inclinada como si de un skate park se tratara.
Foto de portada: Pabellón de KOSOVO, The Monumentality of the Everyday, Vista de la instalación. Foto: Andrea Avezzù
Las obras se inspiran en dibujos infantiles, arte popular y Outsider Art. Las pinturas y los bordados se basan en los dibujos ligeramente surrealistas del artista que representan escenas cotidianas con animales, niños, acróbatas y arquitectura utópica.
Por su parte, las alfombras tejidas a mano con motivos geométricos se basan en los diseños del avatar del hijo del artista para el video juego Animal Crossing. Ferri, que para sus obras textiles colabora con mujeres de Albania, Kosovo, Burkina Faso y Surinam, considera la fabricación de alfombras y el bordado como una técnica de coherencia y construcción de comunidades.
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
Dinamarca en la 59ª Bienal de Arte de Venecia
Titulado We Walked the Earth, el pabellón danés presenta las esculturas hiperrealistas de Uffe Isolotto. Ambientado en un tiempo híbrido que mezcla elementos pastorales daneses con ciencia ficción y transhumanismo, Isolotto presenta un drama de vida y muerte centrado en una familia de centauros.
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
En toda la ambientación se respira una profunda incertidumbre. Y es que se entra en el espacio tipo granja nórdica que contiene tanto objetos personales como alimentos —por ejemplo un jamón mutante— o herramientas. Una vez dentro accedemos a los especulativos habitantes de esta escena pastoral.
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
En una sala, el centauro macho se ha quitado la vida y aparece colgado de una cadena suspendida del techo. En la sala contigua, la centaura hembra está tumbada en el suelo, dando a luz a un bebé que parece ser, a su vez un híbrido diferente a sus padres.
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
Los centauros, que luchan por hacer frente a los retos de nuestra realidad actual en constante cambio, encarnan un estado de confusión entre la tragedia y la esperanza. Y reflejan la ambigüedad de estos días: entre una promesa de futuro y el presagio de tiempos difíciles.
Pabellón de Dinamarca, We Walked the Earth, vista de la instalación. Foto: Marco Cappelletti
Todas las imágenes de la 59º Bienal de Venecia, cortesía La Biennale di Venezia
Bienal de arte de Venecia, hasta el 27 de noviembre.
Siguiendo este enlace puedes leer el siguiente texto de la serie.