29ª BIENAL DE ARTE DE SAO PAULOUn paseo por la nueva edición de la Bienal de Arte de Sao Paulo, encuentra al visitante con un cúmulo de obras que se preguntan desde el presente -y desde un pasado no tan remoto- sobre la idea de la convivencia entre arte y política. Nombres que son ya un emblema en este siglo XXI que avanza irreductible, en un abanico que integra pintura, escultura, video, performance, instalaciones en grandes espacios, nuevas tecnologías. Eso que el rótulo “arte conceptual” cubre cómodamente.
La 29ª Bienal de Arte viene a reponer esa discusión y, una vez más, abre otras. Porque si algo auguraba esta nueva edición era un poco de ruido en el adormilado sistema del arte de una ciudad donde pasa mucho, y rápido, después del vacío que produjo la última de 2008 donde hubo mucha mesa de discusión y se la caracterizó como la no-Bienal. Bajo el lema poético: “Siempre habrá un vaso de agua para que el hombre navegue”, verso del poeta Jorge Lima, la convocatoria cambió un signo importante: la selección fue hecha por un equipo de curadores –bajo la dirección de Agnaldo Farias y Moacir don Anjos– que decidieron los invitados, alejándose de las “representaciones nacionales” que marcaron los envíos oficiales anteriores. Otra política.
Hay obras más solemnes y menos solemnes; operatorias indescifrables y gestos vanos; hay potentes performances y homenajes vacuos; hay alegría y dolor, entremezclados. Las fotos de Nan Goldin, las camas de Helio Oiticica. También, Lygia Pape, Douglas Gordon, Artur Barrio, Nuno Ramos y ¡buitres vivos!, Francis Alÿs atravesando un tornado. Una lista interminable de obras potentes. Paseos gozosos, como los que proponen Luiz Zerbini y Ernesto Neto. Inquietantes, como las video-instalaciones del turco Kutlug Ataman y Chantal Ackerman. “La Menesunda” de la argentina Marta Minujín, “La familia obrera” de Oscar Bony y los actuales Eduardo Navarro que siguió la ruta de El Dorado, en busca de oro; Ana Gallardo enseñaba el danzón mexicano en video y la polémica obra performática de Roberto Jacoby ligada a la campaña presidencial brasilera. De todo, para todos.
De ahora hasta diciembre, mucha gente pasará por el Pabellón de la Bienal. Y muchas nuevas preguntas resignificarán la relación entre arte y política.

Por Fabián Muggeri & Juan Fernando García

29ª BIENAL DE ARTE DE SAO PAULO

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